En meses pasados Gloria Álvarez,  analista política de Guatemala, ofreció en el programa de Camilo en CNN, una entrevista donde señaló que “la limosna ideológica (lo que hace el populista) te corta las piernas, luego te da unas muletas y te obliga a agradecerle estas muletas que te dio después de que te dejó sin piernas”, haciendo referencia a las consecuencias de dicho sistema político.

Tal frase, me dejó helada, y me caló tanto que revivió en mi memoria la lamentable declaración que la semana pasada, hizo el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al desatinadamente defender la gratuidad de los servicios en comedores comunitarios y lanzarse en contra del llamado sistema neoliberal.

En rueda de prensa, el Presidente, señaló que a los neoliberales —refiriéndose a los gobiernos pasados— no les gusta la gratuidad, pues para ellos es sinónimo de populismo, de paternalismo. Sin embargo, dijo  ––y lo dijo bien––, esa es la función del gobierno.

Hasta ahí todo iba, digamos, bien. Pero se le ocurrió explicar su idea, y terminó enredado en sus palabras: “Pusieron de moda una frase ‘enseña a pescar, no regales el pez’. (…) Claro que hay que enseñar a pescar, pero también la justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre. Esa es la función del gobierno. Hasta los animalitos —que tienen sentimientos, ya está demostrado— ni modo que le diga a una mascota: a ver vete a buscar tu alimento (…) Una gente humilde, una gente pobre, no se puede operar si tiene un problema, porque, aunque sea en un hospital público tiene que pagar cinco, 10 mil, 15, o 20 mil”, enunció.

Quizá las intenciones del señor Presidente no eran las de ofender a los mexicanos comparándolos con mascotas, pero finalmente así lo percibió la llamada prensa ‘fifí’ del país pues llenaron los titulares de los distintos medios de comunicación con esta infortunada declaración.

Muchos podrán justificarlo, pero sin que el corazón le gane a la razón, ¿es válido que nos llamen ‘mascotas’ pero indignante que nos digan ‘prole’, como nos llamó la hija de Peña Nieto, porque criticábamos a su papá?

Ahora bien, quiero retomar el tema del populismo —como dice López Obrador que el neoliberalismo llama a sus propuestas de gratuidad—, o paternalismo, como lo llamaba la "izquierda" cuando la "derecha" estaba en el poder. Es decir, hemos cambiado de gobierno, pero seguimos con las mismas prácticas, para unos los pobres somos ‘mascotas’ y para los otros somos ‘prole’, el chiste es que el tema de justicia social no llega a hacer justicia —valga la redundancia— a los ciudadanos, que son utilizados por la clase política, cualquiera que sea su color, solo para inflar sus números y llegar al poder.

Cierto es que Andrés Manuel López Obrador, a diferencia de muchos mandatarios del pasado, llegó con un alto grado de aceptación social pues la gente lo votó, no obstante, pese a que éste fue elegido democráticamente hay que aclarar que si bien la responsabilidad del gobierno es velar por el bienestar de su pueblo,  a través de la generación de condiciones para que éste se desarrolle óptimamente dentro de la sociedad, el ciudadano también tiene responsabilidades para actuar en consecuencia y no ver a los gobernantes como seres mágicos que llegarán a solucionar sus problemas y saciar sus necesidades.

Dice AMLO que el pueblo da y el pueblo quita, así que más allá de aceptarnos como ‘prole’ o ‘mascotas’, los ciudadanos debemos empezar a incidir en las decisiones públicas, no solo con un voto, no solo con un meme en redes sociales sino realmente ejercer nuestro derecho de quitar a aquellos gobernantes que no trabajan para crear aquellas condiciones de justicia social, de lo contrario estaremos brincando entre populistas de “izquierda” y de "derecha".