Una película mexicana sobre el amor, los prejuicios y encontrar tu propio camino.

Imagínate que juntas a una niña bien de la condechi y a un norteño de botas, cinto pitiao y trocas grandotas. Este es el planteamiento general que tiene el director Beto Gómez en “Me gusta pero me asusta”, una película que en términos generales, busca hablar de los prejuicios y la percepción que se tiene de la gente del norte, en el centro y sur de país.

El Brayan (Alejandro Speitzer) y su familia llegan de Sinaloa a Ciudad de México para expandir el negocio familiar, donde contratan una empresa de bienes raíces para conseguir donde vivir y es a través de esta situación que se topan con “Claudita” (Minnie West), quien despierta sentimientos en Brayan, de quien todos creían que era gay por su poco usual gusto en la gastronomía. 

Lo que hace de esta, una película digna de verse, recae en su inocencia, pues se trata de una comedia que brilla por sí sola, ya que nunca cae en lo vulgar, y que, aunque finalmente muchos de sus elementos son clichés y obviedades, están bien manejados, es una película llevadera y palomera, que si bien no te cambiará la vida, te sacará muchas sonrisas y te hará pasar un buen rato. 

Aunado a lo dicho anteriormente, el cast ayuda mucho a manejar tonos oscuros cuando se busca, y a elevarlo a lo ligero cuando también se requiere. 

El look general de esta película conserva una estética con colores brillantes y saturados, tanto en sus decorados como sus vestuarios. Cuenta con una elección musical salpicada de clásicos de banda que seguramente te remitirán al norte del país, y siguiendo en términos sonoros, sus diálogos en general son entendibles y los acentos utilizados, realistas.

Esta película del 2017 se encuentra ya en plataformas digitales por lo que podrás tener un fácil acceso a ella. Sin más que añadir por el momento, esperamos que esta película sea de tu agrado.