En esta columna he querido hacer algo diferente. Le pedí a mi querida ilustradora Mich que ella escogiera –a partir de una ilustración- el tema para esta columna.

Me pareció interesante la idea de voltear la mirada a un tema que en nuestros días está presente y que quizá se esté olvidando. La astrología fue por muchos siglos la fuente de conocimiento y amparo que reyes y campesinos, filósofos y teólogos, profetas y científico usaron y creyeron para fijar un proyecto de vida o plantar las semillas de su pensamiento.

Antes que nada, pensemos en la relación del hombre y los astros.

Quizá, en nuestros días pensamos en la astrología como una charlatanería pero, debemos comprender que la vida de los astros si influyeron en mayor o menor medida. Se concedía como una ciencia –es decir, como un conocimiento certero-.

Partiendo de esto, la visión filosófica en torno a los astros es interesante. Se veía al cielo como un límite para la razón humana, un límite que podemos traspasar. Justo por esto Platón nos habla del “Topus Uranus” (lugar más allá de los cielos) en dónde habitan las ideas, las esencias de las cosas.

En otro episodio de la historia se narra que Tales de Mileto, caminando por la Grecia antigua, miraba el cielo pensando en la existencia de los astros, de los dioses, del destino etc. el pobre no advirtió en el pozo que tenía enfrente y cayó fuertemente en él. Sócrates al contar esta escena acusa de muchos de tener puestos los ojos en la cielo sin conocer lo que hay bajo nuestros pies.

Y otro filósofo, el señor Kant, decía "Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto: el cielo estrellado sobre mi y la ley moral en mi".

Sin duda, el cielo estrellado nos maravilla tanto que pareciera imposible negar que algo tan grande no pudiera influir en nuestra vida. En esto encontramos algunas dudas sobre si nosotros podemos ser realmente libres en nuestro actuar. Si toda nuestra vida está ya determinada por los astros ¿somos realmente libres de ser nosotros mismos?

Si nacemos en acuario, y los acuario son “ágiles de mente, estrategas, desconfiados y fieles” entonces ¿dónde quedaría nuestra nuestra personalidad pues todos los que nacieron en acuario serían como yo.

Otro aspecto que se me hace interesante es la fragilidad del destino. Hay quién dice que usando cuarzos o realizando ciertos rituales puede cambiar nuestra vida. Nuestro destino no está destinado, es, entre otros aspectos, una fuerza no estable ni determinante para el hombre.

Podemos ver los astros como otro medio del hombre por proyectarse en la realidad de una vida que busca encontrar un sentido.