El torneo de los Ocho Grandes ha concluido con una actuación magnánima por parte de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) ante la UPAEP con un marcador 58-67. La escuadra regia remontó el marcador tras haber perdido en los dos primeros periodos. Había comentado que uno de los problemas que tuvo el equipo varonil de las Águilas era el factor psicológico, éste que afectó en los últimos cuartos al equipo femenil.

Nos guste o no nos guste, el equipo de Nuevo León aprovechó uno de los factores que a la UPAEP se le notó en el partido de semifinal ante la UMAD y fue en la manera de cómo cerrar los partidos. En el partido ante la UMAD, hubo lapsos en donde la presión ofensiva permitió el desequilibrio de la defensa de las Águilas, mismo que aprovechó Mónica Moguel para dañar a la escuadra de Ceniceros.

Los dos primeros periodos de la UPAEP fueron magnánimos, en donde Janeth Ramírez, Ingrid Martínez y Zaira Alvarado tuvieron salidas rápidas, la rotación de la pelota a los costados para abrir espacios y anotar de dos en dos puntos; en pocas palabras fieles a la propuesta de Javier Ceniceros, un equilibrio ofensivo-defensivo -mismo estilo de juego que puso a la UPAEP como líder general del campeonato-, pero ese mismo estilo que le permitió a la UANL empezar a tirar de tres puntos ante la poca posesión de la pelota.

Fue en el último periodo, en donde las ‘tigresas’ comenzaron a jugar poco, pero a tirar mucho y fue esa variante que desesperó a la defensa de la UPAEP. Nohemí Rosales fue la jugadora que puso al frente al equipo de Nuevo León tras un disparo de tres puntos, en donde la jugada comienza tras un tiro fallado de las Águilas y Priscilla Adame le dio calma al ataque y se adentró a la mancha y le dio el pase a Rosales para el 49-50.

A partir de este momento, las jugadoras de la UANL aprovecharon los fouls, mismos que darían los tiros libres en donde las regias tuvieron mejor precisión que la UPAEP con un 69%. Los tiros libres que poco a poco acortaron las posibilidades de que las jugadoras de Ceniceros obtuvieran su cuarto título.

Nos guste o no, la UANL se coronó merecidamente y fue un partido en donde se agradece que la regularidad predominara en la final. Hemos tenido ediciones en donde hay equipos que llegan ‘colándose’ al Ocho Grandes y suelen ser las que mejor propuesta en la duela demuestra. Sin embargo, en esta final se enfrentaron los dos mejores equipos del campeonato. La UPAEP que terminó como líder general con 1775 puntos anotados y la UANL con 1863. Por otra parte, mencionar que la UANL invirtió los papeles en esta ronda eliminatoria, ya que como visitante sus números no fueron los mejores (10-4) y las Águilas con doce ganados y dos perdidos.

Así ha concluido un torneo más, el sexto de esta edición en la Liga de la Asociación de Baloncesto Estudiantil, que sigue siendo el evento más importante del deporte ráfaga a nivel universitario. Unas ‘tigresas’ que se llevan su primer trofeo y unas ‘Águilas’ que continuaran con su proyecto, aunque con bajas sensibles como la de Ingrid Martínez.