Desde los primeros años de vida, los padres tienen la misión de enseñar a sus hijos la importancia de la responsabilidad, de forma que asuman conscientemente sus compromisos y que desde el principio los cumplan correctamente.

Es diferente escuchar que alguien tiene una responsabilidad a su cargo a decir que una persona ejerce su tarea con responsabilidad, ya que cuando se señala que una persona es responsable de una institución, oficina, negocio comercial o en cualquier otro ámbito como el familiar, el escolar, entre otros, apunta a que tiene la obligación de enfrentar alguna situación, sin que ello signifique que sea una persona responsable, pues puede asumir correctamente o no dicha responsabilidad.

A pesar de que la responsabilidad se asocia con realizar más tareas y casi no tener tiempo de ocio, es lo opuesto, porque una persona responsable sabe organizar su horario, de manera que atienda todas las áreas de su vida.

Todos tenemos una función en la sociedad, ya sea en el país, la ciudad, la comunidad o en la familia, por lo que ser responsable implica tener conciencia de nuestras obligaciones, además, cada vez que las cumplimos nos sentimos satisfechos, e incluso permite que aumente la confianza entre las personas.

Con lo anterior me refiero a que no sólo debemos ser responsables con nosotros mismos, sino también con los demás, es decir, reflexionar, decidir, actuar y enfrentar las consecuencias de las decisiones que tomamos, pues podemos beneficiar o afectar a los que nos rodean.

Por lo general, la persona que es responsable hace más de lo que sus obligaciones le exigen, se esfuerza por mejorar su entorno, cumple lo que promete, es ordenado, puntual, reconoce sus fallas e intenta corregirlas.

Si bien existen personas responsables, hoy es frecuente encontrarnos con personas irresponsables, que culpan a otros por sus errores, inventan cualquier excusa para evadir algún compromiso, la falta de iniciativa, no arriesgarse por miedo a fallar y la poca o nula organización para cumplir con los deberes.

Las pequeñas responsabilidades como tender nuestra cama o lavarnos los dientes nos permiten prepararnos para asumir otras mayores. Si eres responsable sabrás decidir y alcanzar tus metas.