Me tomó tres años (literalmente) decidirme a ver ésta película; pues aunque hago mucho hincapié en apoyar el cine nacional, tanto el trailer como el poster de esta película en particular, me indicaban una estética que no estaba segura de querer ver y, que de no ser por el domingo lluvioso que me dejaba sin ganas de nada, no hubiera podido apreciar para terminar sorprendiéndome.

Un padre no tan padre es una película que vale la pena por su tema, que abre un espacio de reflexión sobre las diferencias que yacen en las brechas generacionales, la relación padre e hijo y también un discurso sobre la tolerancia y las costumbres.

La película arranca con Don Servando (Héctor Bonilla), un hombre hecho a la antigua, cascarrabias y aferrado a “las buenas costumbres”, quien está a punto de ser corrido del asilo en el que se encuentra, por tratar mal al personal y a sus otros inquilinos, entre otras razones; Don Servando parece ser de esas personas que no tienen mucha consideración por el sentir o pensar de los demás y es a razón de eso que solo uno de sus cuatro hijos, se ha decidido a recibirlo en su casa, la cual va en contra de todo lo que don Servando considera el orden natural de las cosas, tratándose de una suerte de comuna entre hippie y hipster ubicada a las afueras de San Miguel de Allende en la cual, al llegar, deberá convivir con gente que no soporta, confrontando a sus habitantes, cuestionando decisiones y modos de vivir, en especial de su hijo, quien descubrirá que tiene mucho más de su padre, de lo que le gustaría admitir.

Su realización deja poco que desear, pues pese a ser una película hecha a modo de comedia familiar cursi, cuenta con una manufactura impecable, su fotografía destaca por lo bello y bien logrado de sus planos; a su vez el sonido es legible y cuenta con una buena narrativa, que si bien a veces cae en los clichés, es graciosa, ligera y cuenta con personajes que no están sobreactuados, dotados de la naturalidad necesaria para que su historia fluya, de esto lo más importante es que el personaje de Don Servando, cuenta con una catarsis notable y bella, que está bastante bien estructurada.

Escrita por Alberto Bremer, y dirigida por Raúl Martínez, Un padre no tan padre, es una película que debes ver; actualmente se encuentra ya en plataformas digitales.