Cuando el pueblo se une, el estado tiembla, eso ha demostrado la sociedad chilena esta semana que salieron a las calles a marchar en contra de las disparidades sociales que esta nación sudamericana presenta desde hace ya varios años.
“No es por 30 pesos, es por 30 años” era una de las consignas que la gente utilizaba en las distintas movilizaciones para de alguna manera, explicar la dimensión de la problemática social chilena.
Por ello, no es extraño que lo que comenzó como una movilización social por parte de estudiantes a raíz del alza al costo del transporte se convirtió en una revuelta nacional para exigir al actual presidente, Sebastián Piñera,
un sistema económico, social y político más justo.
Los levantamientos, provocaron que el gobierno anunciara estado de emergencia, pues la gente inició la quema de estaciones del metro y autobuses, el saqueo de supermercados y la toma de las distintas plazas públicas, sin embargo, ni los militares en las calles, ni el toque de queda como medida para replegar las manifestaciones lograron que hombres, mujeres, jóvenes, niños y ancianos renunciaran a sus demandas.
Al contrario, fue Sebastián Piñera, el que echó para atrás el alza al pasaje e incluso solicitó a gente de su gabinete la renuncia, para responder así las verdaderas demandas de la sociedad del país sudamericano que, en términos simples, piden la reestructura al sistema de pensiones, un sistema de salud digno, la desprivatización del agua, educación de calidad y el alto a la corrupción de instituciones privadas y gubernamentales.
En resumen los chilenos viven una realidad social, similar a la nuestra, y aunque pudiera pensarse que existe una brecha generacional en las sociedades latinoamericanas, no solo de edad, sino de pensamiento, esta manifestación nos deja en claro que el pueblo unido, jamás será vencido, pues fueron los jóvenes quienes decidieron salir a exigir igualdad de derechos, y fueron los adultos los que, volviendo la memoria a tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet, dieron organización al movimiento.