Para entendernos

Mucho se ha dicho en los últimos meses sobre las culturas mesoamericanas que habitaron este país y que, aunque en menor número, siguen aquí. Desde el estreno de la película Roma, de Alfonso Cuarón, y los Oscar, hasta en los últimos días con la carta del presidente Obrador al rey de España, se han hecho críticas y comentarios de todo tipo en torno al tema de los pueblos originarios o indígenas.

Desafortunadamente, en muchos casos salió a relucir el racismo del que nunca queremos hablar los mexicanos. Los prejuicios tan arraigados que tenemos contra estas comunidades y las distintas formas en que el color de nuestra piel sirve como mecanismo de discriminación. Sin embargo, el mayor problema que enfrentan los indígenas en México no es la falta de representación en medios de comunicación ni tampoco las disculpas que pueda o no ofrecer el rey de España o el Estado Mexicano por todos los agravios producidos desde la conquista a la fecha, sino que la mayoría no puede comunicarse en español.

Si preguntáramos en la calle, probablemente la mayoría sabría decir que en muchos casos las condiciones educativas en las comunidades indígenas son precarias, que quizá la mayoría ni siquiera asiste a la escuela porque queda muy lejos y tienen que trabajar. Estamos conscientes de ese problema y sin embargo, esperamos que hablen el español antes que a nosotros se nos ocurra aprender una lengua indígena.

Hoy, existen más de 8 mil indígenas encarcelados en todo México que no tienen esperanza de llegar a un juicio debido a la falta de intérpretes. 8 mil personas que por el simple hecho de ser quienes son tienen una vida sumamente compleja y muchas veces injusta desde el principio. Pero nada de esto es una casualidad, quizá durante la conquista, España se empeñó en destruir cuanto pudieran sobre las tradiciones y costumbres de los indígenas, pero cuando México nació como país independiente, no lo hizo mucho mejor.

Porque los idiomas no mueren, los matan. Cuando el Estado Mexicano decidió darle la espalda a las comunidades indígenas también se convirtió cómplice de borrar la historia de estos pueblos. Cuando los relegaron a comunidades alejadas de los servicios básicos, cuando decidieron que el inglés era más importante que el náhuatl, el maya, el mixe, etc., significó una sentencia de muerte para estas culturas. Si para trabajar en un hotel hasta las mucamas deben saber inglés, ¿por qué no es un requisito obligatorio en la medicina, el derecho y enfermería saber cuando menos la lengua indígena con más hablantes en la región en la que ejercen?  

En países como Filipinas los niños crecen hablando tres idiomas, el regional, el filipino y el inglés. ¿Por qué en México, con la diversidad cultural que tenemos, no pasa lo mismo? Quizá el gobierno no ha hecho ni de cerca lo suficiente por ellos, pero ahora es el momento de exigir y sobretodo, poner el ejemplo. Porque aprender una lengua indígena, significa salvaguardar aunque sea un fragmento de la historia de México antes de España.

 

 

DIRECTORIO

Publicación a cargo de la Lic. Yolanda Jaimes Vidal, Coordinadora de Comunicación Interna
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Reporteros
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Opinión
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Cristhian Adal García Hernández, Colaborador
Jesús Del Pozo Sotomayor, Colaborador
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