El Parkour es una disciplina atlética que surgió en Francia a finales de los años 80. La persona que lo creó se llama David Belle y se inspiró en el entrenamiento físico y militar, en particular el desarrollado por el ejército francés. La idea del Parkour es utilizar las capacidades que ofrece el cuerpo humano como saltar, correr, nadar y escalar para desplazarse con eficiencia y ser útil.

David Belle comenzó a reunirse con amigos suyos para entrenar y llevar su disciplina a un entorno urbano: así nació el Parkour que significa “recorrido” en francés. Uno de los objetivos de este deporte es lograr la eficiencia en el desplazamiento del cuerpo a través de acrobacias, saltos y giros. A veces se suele confundir el Parkour con el “Free-Running”, un deporte con el cual comparte algunas características. La principal diferencia es que en este último predomina la estética sobre la eficiencia en los movimientos.

El Parkour ha influido mucho en mi vida. Realizar los saltos es ir más allá de lo que alguna vez imaginaste. Mi progreso en esta disciplina ha sido muy significativo: empecé a entrenar aproximadamente a los 12 años y sigo practicando ahora que casi tengo 17. Algo que nunca olvidaré es que me tardé casi dos años en hacer mi primer “front” (mortal al frente). Fue un reto difícil pero no me rendí. Tuve que trabajar en mi fortaleza física y, sobre todo, superar el miedo al fracaso. A partir de entonces mis metas fueron cada vez más ambiciosas. Los mejores y más experimentados pueden ir a practicar a azoteas de edificios muy altos o realizar acrobacias que desafían la ley de la gravedad. Lo principal es disfrutar, conectarte con tu cuerpo y mantenerte siempre a salvo.

Algo que me gusta mucho del Parkour es que no hay competencia pues sólo hay una persona con la que luchas y eres tú mismo. No hay puntos que conseguir, ni un cronómetro que mida el tiempo del recorrido. Lo que importa es la calle en la que estás, lo que encuentras en el camino y tu imaginación. Además es un estilo de vida: las dificultades con las que me enfrento a diario son obstáculos como los que tengo que superar cuando hago Parkour en mis lugares favoritos. Sólo hay que cultivar la perseverancia y la mentalidad.

A veces se piensa que el Parkour es peligroso, sin embargo, sólo hay que tener cuidado al caer. Es necesario usar las puntas de los pies para amortiguar el impacto, rodar con la barbilla cerca de tu pecho para que la cabeza no toque el suelo y calcular muy bien las distancias. El Parkour es algo más que un simple deporte, es una manera de pensar que te ayuda a vivir de manera más intensa y lograr cosas nuevas todos los días. Desde que lo practico soy una persona más completa en todos los ámbitos y, lo más importante, soy más feliz.