México, 1994: El año de Colosio, del mundial y de la crisis económica. Aspectos esbozados en la introducción de la película pero que sin embargo no se vuelven a mencionar, pues su trama evoca más bien temas como el primer amor, la adolescencia y los 90´s.
 
José Miguel es un niño recién llegado a mitad de curso en una escuela nueva, y que a su llegada fija su interés en Cristina, la niña rubia con el novio perfecto; aun teniendo nada en común con ella, “Jos” decide arriesgarse e intentar hacer que Cristina sea su novia.
 
Esta película de Yibran Asuad llega a refrescar el panorama del cine mexicano en una época de repetitivos remakes de comedias románticas extranjeras con una propuesta nueva, nostálgica y diferente.

Todas las pecas del mundo es un caso particular, pues comienza siendo una película que deambula por los personajes y situaciones estereotípicos, pero que poco a poco va apuntando a ser algo más y nos muestra que no todo es tan maniqueo como parece.
En primera instancia, contrario a lo que muestra el tráiler, no parte de un esquema de escuela norteamericano, sino que genuinamente logra construir una escuela secundaria mexicana, que además logra remitirnos a nuestra adolescencia en los 90s. Y aunque el gusto se rompe en géneros, su protagonista no es alguien meramente bueno; ya que dentro de su inocencia es alguien que tiene un lado oscuro y múltiples aristas pues está determinado a hacer lo que sea, de quien sea para lograr sus objetivos, así sean buenos o no.
Su lenguaje con la cámara y el desarrollo de su cast hace de situaciones cotidianas algo risible y mucho más entretenido aunque en algunos momentos peque de cortes no tan afinados en su edición.
Por otra parte, quizá uno de sus mayores defectos sea el hecho de abrir la posibilidad de hablar de temas como el bullying y el acoso por parte de figuras de autoridad, únicamente para dejarlos en el olvido conforme avanza su trama, así mismo descarta casi de inmediato la posibilidad de dejar al espectador conocer de forma seria a personajes con un potencial de desarrollo mayor.

Y aunque su final deja un poco su trama como una mera anécdota y no una historia redonda o seria, pues en sus afiches finales optan por un tono más bien de burla y ligereza hacia sus propios personajes, es una película divertida, juvenil y entretenida que nos recuerda que para hacer comedia no es necesario recurrir a elementos vulgares o de doble sentido, pues muchas veces la magia se encuentra en las cosas más sencillas.

Sin más por el momento, esta película se encuentra ya disponible en plataformas digitales, disfrútala pues sin duda su humor te sumergirá en lo más profundo de su trama y te recordará una vez más, que el cine nacional, de vez en vez trae consigo obras dignas de admirarse.