Después de que fueran anunciadas las nominaciones a los Premios Oscar, la categoría de mejor dirección volvió a llamar la atención por la falta de mujeres nominadas, a pesar de que Mujercitas, de la directora Greta Gerwig sí estuviera en la lista de mejor película, pero ausente en otra de las categorías principales.

Por eso, a pesar de que estos premios no reconozcan precisamente la calidad cinematográfica (tema del que ya hablaremos en otra ocasión), esta vez vamos a hacer un recuento de otras mujeres que dirigieron películas maravillosas pero no se habló lo suficiente de ellas como para alcanzar a estar nominadas y, especialmente, porque Greta Gerwig no es la única.

Me gustaría empezar hablando de una directora que estrenó su ópera prima en el Festival de Cannes y recibió el Premio del jurado, es decir Mati Diop con Atlantique, de la cual hablé en mi columna pasada y que habla de la historia de una pareja joven que por cuestiones fuera de su control termina separándose, sin embargo, la historia es más amplia que eso, pues además toca temas vigentes como la migración, la situación de las mujeres en países que siguen siendo muy tradicionales e incluso evoca géneros como lo sobrenatural para resolver los problemas que plantea. La mezcla de estos géneros y temas, la hacen una historia diferente, pero que está muy alcance para verla, pues se encuentra en el catálogo de Netflix.

La siguiente en la lista, es la directora de una de mis películas favoritas del año pasado y de la que probablemente se va a hablar a lo largo de este, es decir, Retrato de una mujer en llamas de Céline Sciamma, la cual, en tiempos donde se han hecho obras que se ponen la etiqueta de feministas, sin serlo necesariamente, llega a hablar de este tema sin hacerlo de forma obvia o forzada.

La historia transcurre en el año 1770, cuando una pintora es contratada para hacer el retrato de una joven que acaba de salir del convento y ha sido comprometida por su madre con un hombre que no conoce. El trato es que cuando acaben en el cuadro, la joven debe casarse, por lo que se niega a toda costa a que la pinten. Retrato de una mujer en llamas es una película que toca muy de cerca la complicidad femenina, donde incluso las barreras de las clases sociales se rompen gracias a esa característica. Además y como dato meramente curioso, tiene un reparto conformado por un 99 % de mujeres; también se estrenó en Cannes y obtuvo el premio de Mejor Guion.

Para variar un poco y demostrar que la visión de las directoras explora géneros muy variados, no podía dejar de mencionar a Claire Denis, quien el año pasado estrenó High Life, una película de ciencia ficción que pone sobre la mesa la pregunta de qué pasaría con todas las construcciones sociales que nos hemos inventado, si un día solo quedaran dos personas sobre la tierra, o más bien en el espacio, para ser más específicos.

Se trata de un grupo de condenados a muerte han sido enviados, en una nave espacial, al espacio, como parte de un experimento científico con el que se pretende investigar los agujeros negros. También sobra decir que la trama explora cuestiones más profundas que van desde la ética en el ámbito científico, la concepción del bien y el mal cuando se vive en una pequeña comunidad.

De todo lo que vi el año pasado, con estas tres me basta para saber que la visión femenina siempre está presente a pesar de que, a veces, no se hable lo suficiente de ella. Después de todos los premios Oscar no son más que un espectáculo que no debería ser tomado como un parámetro serio de lo mejor del cine.