Tras el reinicio de las actividades presenciales en las instalaciones de la Universidad, nadie puede relajarse. La pandemia aún no ha concluido y el respeto a los protocolos sanitarios debe ser el compromiso individual y comunitario. Porque en UPAEP nos cuidamos entre todos.
Desde el inicio de la contingencia por COVID-19, la UPAEP se mantuvo en constante comunicación con las autoridades sanitarias y de Educación para el desarrollo de protocolos sanitarios para lograr entornos saludables, recordó el Mtro. Antonio Llergo Victoria, Secretario General. De cada uno, sobre todo maestros y estudiantes, depende que pueda mantenerse el sistema híbrido.
Detalló que la universidad durante los primeros meses de la pandemia generó un entorno de aprendizaje continuo para saber y entender cómo se iba a atravesar esta contingencia. La universidad tomó las decisiones adecuadas para que la actividad, el funcionamiento que tiene la institución se trasladará a un entorno completamente virtual, de tal manera que los procesos administrativos, académicos, los trabajos enfocados a la investigación y vinculación sufrieron una transformación para estar en un universo totalmente virtual.
“Por ello, la UPAEP conforma un comité de expertos, colegiado para afrontar de buena forma esta pandemia y en este comité están representantes de las diferentes áreas de gestión, la academia, así como la presencia de los especialistas de la salud quienes en conjunto tomaron las mejores decisiones, para el sano funcionamiento de la institución”, indicó.
Oscar Trujillo Villafañe, Director de Infraestructura y Operaciones, explicó que la UPAEP se ha basado en el modelo del queso suizo para el desarrollo de sus protocolos de bioseguridad, el cual es una teoría que surge en la década de los 90 para el tema de los accidentes. Este surgió en la Universidad de Manchester y recientemente en torno a la pandemia es retomado por la universidad de Queensland.
Por ello exhortó a toda la comunidad universitaria a asumir esta nueva cultura y estar atentos y vigilantes a que se cumplan los protocolos establecidos en los salones de clases, oficinas y espacios comunes, siempre favoreciendo la sana distancia, dejar espacios vacíos en sitios como comedores o salas de juntas, utilizar los equipos de protección adecuados para cada espacio de la universidad.
Aseguró que a lo largo de la institución se encontrarán despachadores fijos o portátiles de gel para favorecer el entorno favorable de salud.
Insistió en favorecer la ventilación de los espacios, ya que esto coadyuva a disminuir el riesgo de contagio, en este mismo sentido comentó que la universidad ha estado monitoreando la concentración de Co2 en los distintos espacios de la universidad, encontrándo estos en condiciones óptimas.
“Todos contribuimos a una comunidad más segura y en la medida en la que todos adoptemos los protocolos, tendremos menos posibilidades de tener contagios en la institución”, expresó Trujillo Villafañe.
Por su parte, Mónica Cortiglia Bosch, Directora General de Desarrollo Humano, detalló el modelo de trabajo híbrido que la institución ha adoptado, el cual describió como un nuevo esquema de trabajo presencial y remoto para favorecer la productividad y la flexibilidad, dentro del marco legal correspondiente.
Este modelo se compone por una jornada semanal de al menos el 60% del tiempo sea presencial y como máximo el 40% sea en línea, esto es válido para todos los colaboradores de tiempo completo, tanto académicos como administrativos.
“Lo anterior podrá sufrir modificaciones, durante el periodo con base en las instrucciones que emitan las autoridades educativas y sanitarias”, reiteró la Directora.
Enfatizó que la universidad ha hecho una gran apuesta por tener la infraestructura y los protocolos necesarios para poder implementar este modelo híbrido.
“Se cuenta con el manual de bioseguridad alojado en el micrositio de regreso seguro, el cual incluye las medidas sanitarias exigidas por las autoridades estatales, así como los protocolos sanitarios para cada uno de los espacios físicos de la universidad”, indicó.
