Día del niño
29/04/2022
Autor: Sharon Guzmán Marín

El 30 de abril se celebra el Día del Niño en México, y para muchos niños mexicanos, es el día más feliz de sus vidas (además de sus cumpleaños), porque regularmente en estas fechas, los papás organizan cosas divertidas para hacer con sus hijos y celebrarlos.

Ser niño es increíble, todo te parece maravilloso, todo te da curiosidad, todos somos inocentes y nuestra imaginación nos hace vivir las mejores aventuras y recorrer cada ciudad, país o galaxia sin salir de nuestra habitación, es simplemente perfecto, y aunque la mayoría de nosotros percibimos así nuestra infancia, las cosas no siempre han sido iguales para todos.

Por ejemplo, mis abuelos me platicaban sobre sus juegos de niños, de la forma en que se vestían y cómo eran las escuelas en aquellos tiempos, así como todo tipo de dulces típicos que los niños comían en ese entonces.

Asimismo, mis padres, hablan sobre juegos como la rayuela, las canicas, las muñecas, resorteras, etc., y de lo mucho que se divertían jugando con sus amigos haciéndoles maldades a sus vecinos, maldades que en ese momento te parecen de lo más inocentes y divertidas, sin embargo, de mi generación para adelante, las cosas han cambiado, pues aunque crecí con las cascaritas en la cuadra, tazos, competencias de bicicleta, muñecas y trepar árboles, también crecí con la tecnología, con juegos en los celulares y en las computadoras, videojuegos, televisión, internet, etc. Lo que sin duda marcó una diferencia abismal entre mi infancia y la de mis abuelos y mis padres.

Aún así, al igual que todos, recuerdo mi infancia de la mejor manera, deseando volver cada vez que las cosas se ponen complicadas, volver a la época en la que todo era más sencillo y no teníamos preocupaciones, después de todo, ser niño es increíble.

¿Y tú, qué recuerdos tienes de tu infancia?

Fernanda Enid González Hernández

Mi mejor memoria de la niñez sin duda alguna, son los cursos de verano que tomaba en un teatro llamado Espacio 1900. De niña me animaba a practicar actividades que ahora considero que no tan fácil podría hacer o incluso me daría pena. Esas memorias especiales comenzaron a los siete años, cuando tenía inclinación hacia el arte. Recuerdo que pensaba que sería la mejor bailarina, actriz y hasta acróbata. Fui muy feliz en esos cursos, conocí a amigos que hasta la fecha frecuento y jugando pude descubrir talentos que tengo. Ahí comprendí de lo que podía ser capaz de hacer y la pasión y entrega con la que realizaba algo pese a la corta edad que tenía. 

Siempre esperaba con ansias que llegara el próximo verano para ir a ese curso. Fue una época que siempre llevaré en mi corazón. Gracias a esas actividades descubrí lo mucho que me gusta cantar, lo cual es algo que hasta este momento continúo practicando y aprendiendo. 

Aran Alitzel Vazquez Montiel


Extraño mucho mi niñez, y a las personas que formaron parte de ella, una persona importante de esa etapa fue mi abuelo, ya que era el que nos cuidaba a mi hermano y a mí porque mis papás trabajaban. Recuerdo con mucho cariño las mañanas cuando iba por mí a la escuela, me compraba un dulce para el camino, y veíamos la televisión juntos. Ojalá el estuviera conmigo en este momento para que viera cuánto he crecido y he logrado, pero sé que me acompaña cada día. 

Valeria Moreno García Luben

Mi mejor memoria de niña era ir a pescar con mi papá, compartimos tiempo juntos y me encantaba hacer días de campo, corría por el bosque y nos íbamos a subir la montaña mientras cantábamos canciones juntos.  

Sebastian López García

Es muy diferente despertar teniendo seis años que despertar teniendo veintidós. Cuando el tiempo avanza se suman más preocupaciones a la vida, quizá porque somos más conscientes de nuestras responsabilidades y acciones, quizá porque cuando somos niños el tiempo pasa más lento y ahora el tiempo nos persigue, tal vez porque ahora nos sorprenden menos cosas. 

 

Para ser sincero, quiero volver a despertar, ser un niño, ir al videoclub a rentar películas y ver cinco en un solo día, jugar fútbol por horas y no sentir un gramo de cansancio, despertar a media noche para abrir los regalos que había debajo del árbol de Navidad, abrazar a mis abuelos, emocionarme, gritar, correr. Después de todo, el único problema que yo veo en ser niño...es que no es para siempre.

Karla Paola Hernández Rodríguez 

Cuando tenía 5 años tuve mi primer encuentro con lo que ahora más amo, mi mamá me regaló un kit de medicina y desde que lo vi me encantó, me pasaba todo el día tomándoles la presión a mis familiares, imaginando ser una superheroína ya que para mí eso es ser médico. 

Increíblemente ese sueño jamás se fue de mi mente y al pasar de los años, esa niña de 5 años ahora está volviendo realidad lo que alguna vez sus ojos vieron y despertaron una pasión en ella. Es un recuerdo que nunca olvidaré y más ahora que estoy estudiando medicina, siempre está presente en mi mente y corazón.

Mariela Mozo José

Cuando era niña, recuerdo lo mucho que me emocionaba que hubiera un festival. Aunque yo no entendiera el motivo era muy divertido ensayar y probarnos los vestuarios, me encantaba la emoción de presentarnos y buscar a mis papás entre toda la gente. Otra cosa que recuerdo es que cuando era Día del Niño en mi escuela organizaban una kermés y nos llevaban inflables y albercas, era algo súper divertido porque nos perseguimos entre todos y nos empujábamos al agua, era lindo que lo único que nos podría preocupar en ese momento era correr súper rápido para no ser atrapados y lanzados a las albercas y a dónde me iban a llevar a comer mis papás saliendo de la escuela, aunque para mí lo máximo era ir por pizza.

Ariadne González Herrera

La niñez está llena de recuerdos de felicidad, tristeza, enojo y aprendizaje, cuando eres niño tus ojos se abren al mundo y todo te parece emocionante y divertido, ríes a pesar de las caídas en bicicletas. Mi recuerdo más preciado de la niñez es cuando jugaba con mi perrito Tobi a que éramos piratas, mi mamá me hacía un gorrito de papel y a mi perrito también para poder ir en busca del tesoro, siempre me han gustado mucho los animales pero no todas mis historias han sido felices con ellos, como cuando tenía una coneja que se llamaba Thalia, la cual la cuide desde que era una conejita bebé, mientras fue creciendo ella se comía las plantas de mi abuelita, entonces mi abuelita se enojó y la hizo en barbacoa, yo no sabía nada, pero ese día me dijeron que comiera del pollo que habían hecho, como yo era muy pequeña no sabía que el “pollo” era Thalia, al siguiente día al ver que ya no la encontraba me la pase llorando y años después me enteré que el “pollo” de ese día no era lo que me habían dicho y me puse triste de nuevo. Pero no todos los recuerdos son tristes la verdad la mayoría son muy felices, porque me la pasaba jugando y los juegos que inventaba eran muy creativos, disfruté muchísimo mi niñez.

Axel Flores García

Una de las mejores memorias de niñez que tengo es cuando los domingos nos juntábamos todos los familiares en casa de mis abuelos, era un momento agradable donde toda la familia se reunía para convivir y jugar entre los primos, son momentos que no se olvidan.

Viridiana Melina Molina Landrove

Un maravilloso recuerdo que tengo de mi niñez es cuando nos íbamos de vacaciones a acampar a Casitas en familia, mi padre me levantaba a las 6:00 am para ir a caminar con él a orillas de la playa y ver el amanecer, y en esa cansada pero valiosa caminata solía hablarme de Dios, de dar gracias siempre por lo que nos rodea y por lo que tenemos, al regresar al campamento, ver a mi madre sonreír y decirme que me lavara las manos para desayunar, entre todos poníamos la mesa, servíamos esos camarones al mojo de ajo que al volver a comerlos me llevan a esos días de vacaciones en familia.

No puedo describir lo feliz que me hace pasar tiempo con mis hermanos y mis padres tanto en mi niñez como ahora, aunque creo que en cuanto más crecía menos tiempo pasaba en familia, pero a pesar de todo, somos una familia muy unida y agradezco a Dios por tenerlos.

Erwin Adolfo Jiménez González

Lo que más recuerdo del Día del Niño son los viajes en familia que solíamos hacer a Zacatlán porque tengo parientes por allá. Me acuerdo que la convivencia y jugar con los primos/as y demás familiares, era muy divertido al igual que estar en contacto con la naturaleza, pues hacíamos diversas actividades al aire libre como jugar fútbol, bádminton, caminar, visitar lugares turísticos, etc. 

 

También puedo decir que la infancia y la niñez es una etapa inexplicable y extremadamente feliz de la vida, porque la inocencia con la que un niño vive su día a día hace que pueda apreciar y estar agradecido de las cosas más simples, que por más simples o sencillas que sean dibujaron una sonrisa muchos años para tener una niñez feliz.

 

Sin duda alguna es una etapa única e irrepetible de la vida que se disfruta muchísimo porque nos olvidamos que existe algo llamado responsabilidades que más tarde o temprano asumimos, resumiendo, me quedo con una frase que es muy significativa para mí y me representa y dice: "Sólo tienes que complacer a 2 personas a lo largo de tu vida, a tu yo de 8 años y a tu yo de 80 años".

Jaqueline Camacho Guzmán

Yo creo que la infancia es una etapa demasiado bonita, aunque no le damos el valor que le merecemos, o tal vez no tenemos un grado de madurez alto como para realmente disfrutar y aprovechar esta etapa al máximo.

Estar en la etapa de la infancia es vivir con plenitud, los problemas no te abruman, no hay estrés en tu vida. 

Al momento de escribir esto me da mucha melancolía, ya que recordar mi infancia me pone muy nostálgica, yo sé que a veces el hablar o platicar con un niño no tiene mucha eficacia pero siempre que tenga oportunidad lo que yo le diría a un niño es, “disfruta y haz el esfuerzo por mantener cada recuerdo en tu memoria viva de todo lo que estás viviendo ahorita, porque a veces los recuerdos es lo único que te queda”.

Cuando esta etapa termina viene lo verdadero (no estoy diciendo que esta etapa no sea verdadera), lo difícil es que ya nada va a volverá a ser como antes, las cosas sencillas, la atención plena para ti, el que te procuren. Poco a poco vamos creciendo y nos vamos formando y vamos teniendo nuevas responsabilidades y nos vamos convirtiendo en personas maduras con diferentes necesidades y mentalidades, ya no podemos seguir siendo esos niños los cuales llegaban del colegio y tenían la comida lista y servida, el que podía ver películas en las tardes, sin preocupaciones y tranquilidad; pero llega el momento que debemos empezar a crecer…

María Fernanda Pérez Gómez

No tengo memoria preferida de mi niñez ya que afortunadamente tuve la dicha de tener una muy bonita, entre mis recuerdos están las fiestas de cumpleaños que mis papás me organizaban, una cada año y me compraban piñatas de Winnie Pooh; despertar a mi hermana temprano para que bajáramos a ver los regalos que nos habían dejado los Reyes Magos, e igual cuando compramos a nuestro primer perrito. En la mayoría de mis memorias está mi familia, los mejores recuerdos han sido con ellos, viajes, fiestas, etcétera. Ellos hicieron bonita mi infancia.

Ximena Hernández Pelcastre

La mejor memoria de mi infancia fue cuando me regalaron a mi perrita. 

Nos acabábamos de mudar a una casa nueva, bajé a cenar y de repente vi que algo se movía entre los sillones, cuando revisé era una perrita que mi tío me había llevado. Crecimos juntas y estuvo conmigo casi 15 años, definitivamente es lo mejor que me pudo pasar durante mi infancia y mi vida.

Marcela Del Carmen Pérez Morales

¿Qué es ser niño? Tiempo atrás, si me hubieran hecho esa pregunta probablemente hubiera dicho que es jugar y ver caricaturas. Ahora que estoy a un año de culminar la universidad, puedo decir que más bien es la edad de la inocencia, la etapa de las posibilidades, es una época donde la curiosidad está a flor de piel.

 

Inocencia no significa desconocer cierta información, sino esa pureza de una primera vez, la primera vez que montaste una bicicleta, la primera vez que nadaste sola en una alberca, la primera vez que probaste un helado; es una etapa llena de posibilidades que te permiten ser lo que quieras ser, la imaginación es tu mejor aliado y a pesar de que puedes estar en un patio de juegos, probablemente tus amigos y tú estén en una aventura con piratas o naves espaciales. Las posibilidades de ser un chef, piloto de carreras, bailarina, atleta, científico o superhéroe son infinitas, no hay límites cuando de imaginación se trata.

 

Para un niño, la imaginación es ese motor que le permite vivir cada día como si fuera una nueva hazaña; conforme creces, esa imaginación comienza a perderse en el camino, al grado en que la frase: "puedes ser lo que tú quieras ser", se queda enfrascada en un patio de juegos. Esa época llena de curiosidad es aquello que aterra a los adultos porque dentro de la cabeza de un niño ocurren miles de preguntas, la curiosidad es el impulso que mueve el ingenio de los niños pero que hace temblar al conocimiento de los sabios.


Para mí, un niño no es un chiquillo que sólo juega y ve caricaturas, para mí, un niño es un retoño que a pesar del viento y la marea puede ser una princesa, un superhéroe, un atleta, un chef, un médico, una bailarina o incluso un astronauta; porque mientras la imaginación y curiosidad son su motor en un mundo sin color, los niños son imparables ante el daltonismo que en ocasiones ciega a la sociedad.

María Fernanda Miguel Laloth

Cuando tenía 5 años, me gustaba mucho participar en obras de teatro. Particularmente recuerdo un poco de esta que presenté en la escuela. Era una obra de trato sobre la granja (yo era el gato), esto me emocionaba mucho ya que siempre me han gustado mucho los animales y he crecido rodeada de ellos pues mis papás son veterinarios. 

Montserrat Lara Martínez

Cuando era niña me asombraba todo lo que veían mis ojos; las texturas, los colores vibrantes, también los pálidos, los objetos de plástico y los de vidrio, me interesaba preguntar sobre el por qué del material, la forma, el origen, el propósito; agobiaba a la par familiares y profesores, algunos tenían la respuesta otros no, pero a esta imparable infanta de siete años nadie la detenía. A medida que fui creciendo de estatura, la complejidad y profundidad de mis preguntas crecían también. El creador y propulsor de esta pequeña con maestría en preguntar, fue mi papá, quién siempre me alentó a cuestionarme hasta la razón de mi propia respiración. Muy astuto mi padre quien sabía la mayoría de las respuestas a mis preguntas, siempre me sorprendía lo mucho que él sabía, es una enciclopedia con pies.

En perspectiva, estás memorias son para mí la fotografía de la semilla que se sembró en mí, desde pequeña el preguntarme el por qué las casas son cuadradas hasta el por qué estoy viva, hizo que creciera con un enorme interés de descubrir lo que había más allá de mis ojos; hoy, después de mi glorifica etapa de investigadora, soy una joven comprometida con la comunidad de preguntones, a la que un día pertenecí, por lo cual me siento en la responsabilidad de responder: por qué el cielo es azul, y, por qué las ventanas son transparentes, cómo es que los coches andan, y por qué la luna nos sigue.

Feliz día del niño de parte de un ex miembro de la comunidad infantil de preguntones.

 

Emir Humberto Villanueva Vasco

Cuando era niño todo lo que me preocupaba era no ver a mis amigos en la escuela, disfrutaba mucho levantarme para ir al kínder, sentarme a ver mi programa favorito mientras desayunaba o me cambiaba. Aunque era muy tímido y reservado, llegar a la escuela y ver a todos mis amigos ahí era de mis momentos preferidos, para ser honesto, el recreo era mi parte favorita ya que jugaba con mis amigos o simplemente nos sentábamos a comer.

La hora de la salida también era algo que ansiaba ya que siempre mis papás me compraban un helado afuera de la escuela, dependiendo de cómo me había portado, así que siempre trataba de portarme bien y cumplir con mis tareas en el salón.

Algo que recuerdo mucho de mi etapa en el kínder, fue cuando competí en atletismo contra otras escuelas y gané el primer lugar, para mí fue increíble y yo todo el día estuve muy feliz. 

Esos momentos sin preocupaciones y en donde casi todo era felicidad son cosas que extraño de la infancia.

Ángela Bolio García

Sería muy difícil escoger solo una memoria de mi niñez ya que afortunadamente siempre estuve rodeada de amor y diversión. Aunque lo que sí destacaría de mi niñez son mis hermanos, ellos fueron y son mis compañeros de vida. Cada recuerdo que tengo con ellos es tan especial que sería imposible intentar escoger uno. A ellos les debo el haber tenido una infancia inolvidable.

Cuando era chica no sabía apreciar el tener a mis hermanos conmigo todos los días. Y hoy, que ya cada uno está tomando su propio camino, extraño tantas cosas que no supe valorar en su momento como: jugar en el jardín, enseñarnos a andar en bici, fingir ser dueños de restaurantes, experimentos con los jabones de la casa, pero lo que más extraño es tenerlos a mi lado siempre, tener a alguien que siempre me siga la corriente y recibir su apoyo y amor incondicional. Claro que las peleas entre nosotros nunca faltaron y aun así, ni eso cambiaría porque gracias a todo lo que vivimos juntos hoy soy quien soy.


Lo mejor de cuando nos reunimos nuevamente es que, en nuestro corazón volvemos a ser esos niños que tenían todo un mundo por delante. No sabíamos que nuestro tesoro más preciado seríamos nosotros y todo lo que vivimos juntos.

Wendolyn Bermejo Bautista

La niñez es una etapa fundamental de nuestro crecimiento y todos la vivimos diferente, pero seguramente fue cuando estábamos más llenos de ilusiones y la energía, pensamientos e ideas que teníamos sin duda fueron las mejores.

Han pasado ya varios años desde que dejamos atrás esa etapa y seguro tenemos recuerdos tanto buenos como malos, desde ir a visitar a nuestros amigos para jugar, algún regalo que hayamos amado hasta alguna caída que incluso ahora comenzamos a recordar con cariño. 

Para mí, una de las vivencias que recuerdo con mayor amor y alegría fue cuando entré a una academia de ballet, yo estaba emocionada ya un poco de tiempo antes por que vi unas películas de Barbie donde había princesas, magia e incluían esta danza, eran “Barbie y el lago de los cisnes” y “Barbie y el cascanueces”, desde la música, la historia, animación y personajes todo amé de ella, por lo cual insistí a mis padres poder entrar en algo así, entonces así fue como llegué. Lo que hizo mucho más especial este momento fue que mi mejor amiga de ese entonces decidió entrar conmigo también, entonces 3 días a la semana saliendo del kínder nos llevaban sin falta a cada clase, y era muy divertido porque no era solo algo que quería y disfrutaba hacer, también era algo que compartía con una persona importante para mí, aparte de ello, acabando la clase siempre lo pasábamos bien porque comíamos dulces y jugábamos en lo que nos iban a recoger. Este recuerdo no solo tiene un gran valor sentimental por esa película que me motivó a probar nuevas cosas y que nunca me cansé de ver, sino también porque ahí también está la experiencia de haber tenido mi primera amiga y sobre todo que podamos haber compartido eso juntas, a pesar de que han pasado años aún sonrío cuando recuerdo aquel momento.

Tania Itzel Luna Maldonado

Las mejores memorias que tengo en la niñez son en casa de mi abuela, porque fue en la edad de aproximadamente 6 años hasta los 10 que compartí muchas experiencias con mis primas, primo y hermano, porque en la casa de mis abuelos fue en donde crecimos. Nos divertimos mucho y vivimos muchas experiencias los 5 juntos que aún recuerdo. Todo el tiempo que pasamos en esos años es algo que me marcó mucho mucho mi infancia, es ahí en donde tengo las mejores memorias de mi niñez. La casa de mis abuelos fue, además, una segunda casa para mí y todo lo que viví ahí siempre lo recordaré, así como a las personas que estuvieron conmigo en el camino.

Jacqueline Ramírez Palma

Durante mi infancia, conocí personas que hasta el día de hoy siguen en mi vida lo que para mí es muy significativo, de cada una de ellas aprendí algo muy valioso como por ejemplo, el valor de la empatía, la comunicación, la paciencia pero sobre todo de la amistad, hoy por hoy puedo decir que la persona en la que me he convertido, tiene un pedacito de cada una de ellas, las experiencias  de vida hasta ahora son diferentes y variadas, sin embargo, ninguna se compara a ganar un torneo de básquetbol al lado de tus mejores amigos y sentir que todo el mundo solo gira en torno a eso.

Creo que en ese momento solo veía de cerca toda la escena, pero hoy que puedo ver todos los componentes que hicieron esa experiencia inolvidable, me llena de nostalgia, algunos de esos componentes son: compañerismo, apoyo, alegría, unidad, inocencia, hacen un cuadro completo y lo convierten en una de las mejores experiencias de mi vida, ver al pasado no siempre es para aprender algo de él, sino también para darnos cuenta de quiénes somos y de por qué nos hemos convertido en lo que hoy somos. No podría pedir mejores recuerdos. Hoy tengo 23 años, pero podría agarrar otra vez el balón y voltear a ver todos aquellos componentes que me trajeron hasta donde he llegado ahora.