La ingeniería mecatrónica, como cualquier ingeniería, debe evolucionar y adaptarse con el paso del tiempo. Esta evolución ocurre por el avance tecnológico de la humanidad, pero también se rige por las necesidades de la industria. Así, un ingeniero debe responder a los nuevos retos impuestos por la sociedad, la industria y el medio ambiente. Por ende, la Mecatrónica se ha convertido en un área sumamente dinámica cuya evolución ha sido exponencial. Esto se debe en gran parte por eventos que han afectado a la sociedad y las industrias, y que siguen determinando nuestra forma de vivir y el cómo desarrollamos tecnología.
La ingeniería Mecatrónica es una ingeniería joven si la comparamos con las ingenierías en Mecánica, Electrónica, Agronomía y Química. Aunque el término Mecatrónica se acuñó en 1969 por Tetsuro Mori, ingeniero de Yaskawa Electric Co., la ingeniería Mecatrónica vería la luz en los años 80 dada las necesidades de la creciente industria electrónica en Japón. Se percataron que sus productos estrella no sólo contenían sistemas electrónicos, sino que también requerían mecanismos para realizar tareas como el rebobinado de casetes para música y video. Posteriormente, Yaskawa libera los derechos del nombre Mecatrónica para que empresas, universidades y el mundo entero lo puedan utilizar; a finales de los 80 surgen las primeras escuelas en Japón donde se podía estudiar esta área de la ingeniería.
Aunque en un inicio solo se pensaba en la combinación de mecánica y electrónica, su conceptualización se amplió con el paso de los años y el avance en videojuegos, robótica industrial y comunicaciones. Al término de los años 90 surge la primera definición formal y estándar de la Mecatrónica como la combinación de la mecánica, electrónica, software, sistemas de control y manufactura.
A finales de los 90, la Ingeniería Mecatrónica llegó a México. UPAEP fue una de las primeras universidades en aventurarse y ofertar dicha ingeniería. Ello motivado por la creciente necesidad de la industria local para la creación de procesos eficientes y automáticos, que a su vez fue impulsado por la cercanía con las principales armadoras automotrices. En estos años la disciplina evolucionó nuevamente por su capacidad para crear automatismos e integrar celdas de manufactura modernas que requieran diseño mecánico, circuitería y programación de autómatas y robots, aunque la industria aún no lo reconocía.
Hace 15 años, uno de los primeros retos para un egresado de Ingeniería Mecatrónica era poder mostrar sus capacidades a la industria, pues, aunque varias empresas ya utilizaban dispositivos mecatrónicos, no los reconocían como tal, debido a que el término era nuevo para ellos y no sabían dónde ubicar a un ingeniero de dicha rama. Sin embargo, lo anterior ha cambiado de manera más que significativa. Ahora es difícil encontrar una industria que no tenga conocimiento del área. Así, la demanda de los Ingenieros Mecatrónicos va a la alza año con año pues las empresas comienzan a recibir actualizaciones tecnológicas importantes que deben ser implementadas. Aquí surge un nuevo reto para la Mecatrónica; ya no podemos pensar en desarrollar tecnología solo por el simple hecho de poder hacerlo, debemos desarrollar tecnología siempre con un objetivo claro y buscando no dañar nuestro entorno social y ambiental.
