Cómo revisar un libro
30/11/2021
Autor: Mtro. Carlos Ramos Rosete
Cargo: Profesor Investigador UPAEP

Los recursos escasean, especialmente el tiempo y el dinero. Cuando debemos elegir un libro en la biblioteca o en la librería, conviene revisarlo, para ver si realmente tiene la información que nos interesa.

En primer lugar, hay que identificar al autor. Los autores clásicos en un tema son garantía de calidad. Hay que dar también la debida importancia al título. A veces también la editorial puede ser un buen indicio, El colegio de México, por ejemplo, es la institución que publica algunos de los mejores textos en historia y lingüística.

Después, conviene revisar el índice general, que nos da un resumen del contenido; la contraportada y la solapa (cuando la haya), que suelen dar información sobre el autor y que, a veces, ayudan a saber qué podemos esperar del texto.

Es aconsejable hojear el libro, leer fragmentos al principio, al medio o al final de algunos párrafos, en particular de algún capítulo que parezca más interesante. Esto sirve para averiguar algunas dificultades posibles que pueda presentar para nosotros el modo en que se expresa el autor.

También conviene revisar algunos otros elementos, que pueden, o no, estar presentes en un libro, dependiendo del tipo de texto de que trate (científico, literario, periodístico, jurídico…).

Algunos elementos a considerar de un libro son los siguientes:

Índice: Lista de los capítulos que constituyen el libro en orden de aparición.

Índice temático: Lista en orden alfabético de los temas o conceptos contenidos en el libro, con indicación de las páginas en que aparecen.

Índice onomástico: Lista en orden alfabético de los autores mencionados o tratados en el libro, con indicación de las páginas en que aparecen.

Notas a pie: Por lo general, cuando un libro tiene notas a pie, significa que hubo un trabajo de investigación que respalda lo que se dice. Las obras de ficción –como los cuentos y las novelas– carecen de notas a pie, a menos que intenten jugar con el lector, como ocurre con algunos best-sellers que, para aumentar el nivel de ventas, pretenden haber hecho una investigación histórica.

Las notas a pie de página cumplen diversas funciones, entre otras:

Dar la referencia exacta del texto del que se tomó una cita o idea.

Ampliar las referencias. A veces se añade otra cita relacionada, o se amplía la cita que ya se ha incluido en el texto.

Hacer una advertencia de tipo metodológico que explica por qué se expone o se omite algo o por qué se trata de cierta manera.

Indicar el lugar donde uno puede encontrar desarrollado el pensamiento del autor sobre ese punto o mencionar obras que amplían el tema y que pueden ser consultadas por el lector.

Agradecer la aportación de un colega, recibida en conversación.

Hacer aclaraciones con respecto al uso de los términos o en cuanto al modo en que se han traducido.

Alguna vez se hacen juicios sobre el valor o la vigencia de alguna obra relacionada con el tema o se pondera la aportación de algún autor.

Finalmente, la bibliografía que aparece al final del libro. Un estudio académico serio se distingue por la calidad y cantidad de su bibliografía. Deben incluirse las obras más importantes de un tema y a los autores clásicos que han cambiado el curso de la investigación.