Las drogas y el sexo forman una combinación explosiva, se mire por donde se mire. Los iniciales y aparentes beneficios eróticos de las drogas esconden un dramático fin de lo erótico. Las drogas, además, no mejoran la capacidad de seducción, ni la relación entre los sexos, sino que más bien la deterioran.

Los conocimientos que se tienen sobre los efectos de las drogas en la sexualidad son muy escasos y dispares; de la misma manera que es difícil separar los efectos químicos de los psicológicos.

Lo realmente preocupante de las drogas, no es la adicción física y psicológica que producen, sino las personalidades compulsivas cuyos comportamientos obligan a las personas a realizar algo que va en contra de sus intereses y que no pueden evitar hacerlo, ya que las drogas suprimen la voluntad.

Algunas drogas producen relajación y otras euforias, pero todas causan desinhibición. La tendencia actual es consumir drogas euforizantes, ligadas por lo general a prácticas sexuales masivas y sin vínculo emocional.

Efectos de lagunas drogas en la sexualidad:

Alcohol: Es un mito que el alcohol sea afrodisiaco. Dificulta el orgasmo femenino y precipita la disfunción eréctil. Independientemente de esto, la ingesta abusiva general conflictos entre parejas. A dosis bajas estimula la desinhibición y aumenta la autoestima sexual. A dosis altas disminuye la testosterona y la hormona del crecimiento y aumenta los estrógenos. Con el paso del tiempo, el consumo de alcohol disminuye las neuronas hipotalámicas, que producen la oxitcina. Esta situación generará relaciones anorgásmicas tanto en hombres como en mujeres.

Derivados del cannabis, marihuana: Producen sequedad vaginal y relaciones dolorosas en un inicio. Alteraciones en la ovulación femenina. También produce disminución de la testosterona en el hombre. Posterior llegará el desinterés sexual.

Cocaína: Su uso frecuente provoca disfunción eréctil 60%) y priapismo (erección permanente y dolorosa). A su vez, también llegará la pérdida del deseo sexual. Esto tanto en el hombre como en la mujer.

Anfetaminas: Producen insomnio en ambos sexos. Incremento en el rendimiento físico e intelectual y gran euforia. El problema es que todas producen rebote, con agotamiento extremo, disfunción eréctil prolongada y elevado riesgo cardiaco.

Heroína: Produce inhibición del orgasmo y la eyaculación. Disminución del deseo sexual y fracaso eréctil en el varón. En mujeres anorgasmia y alteraciones menstruales.

Nicotina: Por obstrucción y espasmo vascular produce disfunción eréctil permanente y problemas de lubricación y anorgasmia en la mujer.