Por: Paulina Michelle Romero Tenorio

Aura es una novela corta escrita por Carlos Fuentes y publicada en 1962 por la Editorial Era. La versión que yo leí fue publicada por Era en 2014 y consta de 61 páginas. La historia nos narra la vida de un joven llamado Felipe Montero, quien un día lee en el periódico una propuesta de trabajo: “Se solicita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa. Conocimiento perfecto, coloquial. Capaz de desempeñar labores de secretario. Juventud, conocimiento del francés, preferible si ha vivido en Francia algún tiempo. Tres mil pesos mensuales, comida y recámara cómoda, asoleada, apropiada estudio”. Felipe piensa que es una buena oferta y acude al lugar que indica el anuncio: una casa vieja ubicada en la calle de Donceles, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Ahí conoce a Consuelo Llorente, una señora encorvada, con el cabello blanco y la piel cansada, características que denotan su avanzada edad. La señora Llorente le explica a Felipe su trabajo: traducir y redactar las memorias de su fallecido esposo, pero con la condición de que viva en su casa mientras trabaja para ella. Felipe duda por unos momentos si es una buena idea vivir en aquella residencia oscura y sombría, en compañía de una anciana. Afortunada o desafortunadamente, Aura, una hermosa mujer, con ojos verdes e hipnotizantes –quien es la sobrina de Consuelo– llega una noche a su habitación. Felipe, cautivado por su belleza, acepta el trabajo. Los días pasan y Felipe empieza a descubrir actitudes extrañas de la señora Consuelo. Al mismo tiempo, cae perdidamente enamorado de Aura. En medio de todo esto, hay una atmósfera ambigua que invita a pensar que estamos en un contexto irreal, acentuado por las apariciones y desapariciones de las dos mujeres.

Aura está escrita en segunda persona del singular. Esto, desde mi opinión, le da un toque de suspenso al libro. La historia está narrada de forma lógica, utiliza lenguaje que probablemente era utilizado de manera constante hace algunos años, cuando el libro fue publicado. Por esta razón es difícil entender algunos conceptos, sin embargo, conserva la esencia de su época y la transmite muy bien a lectores de mi generación. Los personajes son interesantes, cada uno de ellos tiene una personalidad compleja; además, representan diferentes actitudes, pensamientos y situaciones. Es una novela que te engancha desde el principio. Otra virtud es su corta extensión, así que una vez que la empiezas lo único que quieres es terminarla y responder las dudas que surgen con cada capítulo. El argumento, a simple vista, es sencillo: un hombre joven que se va a vivir a una casa encantada, con dos mujeres misteriosas. Sin embargo, Aura es más que eso, pues los cambios inesperados que surgen mientras lees le dan otro sentido y otro valor a toda la obra.

Carlos Fuentes escribió con Aura una novela universal, que puede gustarle a todo el mundo por la narración, los curiosos personajes, el argumento y los giros inesperados en la historia. Disfruté cada capítulo, cada página y cada palabra de la lectura. El uso constante de vocabulario desconocido para mí me obligó a hacer pausas para buscar el significado de ciertas palabras; sin embargo esto enriquece la experiencia y te ayuda a comprender muchas cosas. Disfruto imaginar y leer historias increíbles, fantasiosas o fuera de nuestro mundo, llenas de suspenso e incertidumbre, y esta novela sabe explicar y desarrollar bastante bien este tipo de argumentos.

Aura es un libro trascendente, va más allá de los límites de un cuento sobrenatural repleto de clichés y lugares comunes. Su objetivo principal es ponerte en los zapatos de Felipe, quien está enamorado de algo más grande que un ser humano, algo fuera de nuestra comprensión. Esta novela de Carlos Fuentes mezcla la brujería con el amor que traspasa el tiempo; une el erotismo con lo bizarro, los sueños con la realidad y la incertidumbre con la curiosidad.