Hay algunas reglas básicas para cualquier conversación con personas que no conoces bien. La regla principal y más importante es: No hables de política, religión o dinero. También podemos agregar temas como enfermedad, problemas, relaciones íntimas, etc. Pero en general esa es una muy buena regla debido a que uno no tiene manera de saber qué va a pensar y decir la otra persona. Y como dije en mi colaboración de hace dos semanas: queremos evitar ofender a las personas cuado conversamos.

Elegí este tema para hoy porque últimamente me he dado cuenta varias veces que aquí tienen una manera muy diferente de ver ciertos temas. Eso no está mal, simplemente tiene que ver con la información y la relación que tienen al respecto. Pero en mi percepción eso no justifica cómo, en ocasiones, se habla de esos temas.

En consecuencia, no quiero hablar de política o dar una clase de historia, pero sí contarles qué pasa cuando hablas a un alemán del nacionalsocialismo y olvidas que es alemán.

Antes de iniciar de lleno con el tema, quiero aclarar que no tengo ninguna relación personal con los nazis y todo lo que sé, al igual que Ustedes, es a través de mis libros de historia. Pero ahora sí, aquí les va...

Fue hace unas semanas, en mi clase de bailes latinos, que se me acercó una compañera y a manera de saludo preguntó: “Eres alemana, ¿no?”. Cuando le dije que sí me respondió "¿Y qué piensas de Hitler?”; no me hubiera molestado contestar, si antes ella me hubiera preguntado si podía hacerme una pregunta sobre política, pero como esa fue su forma de iniciar la "conversación", fue bastante inapropiado.

Si pudiera equiparar la pregunta de mi compañera, sería, en el contexto mexicano, como si a Ustedes les preguntésemos qué piensan de Trump. Aparte de que la respuesta de la mayoría de la gente lógicamente debe ser la misma, también es un poco desmañado acercarse a una persrona que no conoces, con un tema tan delicado. El resultado es que probablemente no vas a aprendiste nada nuevo, sin embargo, al hacer dicho cuestionamiento de una forma tan ruda, ofendiste a la persona que, bajo otras circunstancias, quizá hubiera podido contarte algo interesante que no sabías.

No es que el tema sea tabú entre los alemanes, finalmente es una parte fea de la historia de Alemania, pero como extranjero, es importante que se entienda que nuestra visión al respecto es muy diferente al de cualquier persona de otra cultura o país, y hay que abordarlo con respeto. Yo por ejemplo, no me atrevería a discutir sobre algún aspecto de México, si no tengo el suficiente conocimiento, pero eso sí, cuando llego a hacerlo, lo hago con respeto.

Para darles otro ejemplo: aunque me interese muchísimo la época del franquismo en España no voy a preguntar a la primera española que conozco sobre eso. Quizá cuando ya seamos amigas y le tenga la confianza podría mencionar el tema con cuidado y observar su reacción, ello me daría el indicativo si puedo hablar con ella largamente o mejor evitar el tema, por respeto a ella y a la relación que con ésta exista.

Con todo esto, lo que quiero decir es que siempre hay algo que no sabemos de la otra persona al tratarse de un tema tan delicado como política, historia o religión, etc. No hay manera de saber si alguien está personalmente afectado o si tiene familia que estuvo involucrada. Por ello, es importante tener cuidado con esos temas y no hablar de ellos con personas que no conoces. Hay que ser sensibles para otras culturas porque cada una tiene sus historias y no está mal tener curiosidad y querer saber más. Pero ser muy directo y muy rápido con eso no es la mejor manera en este caso, lo cual entendí incluso yo como alemana.