Como otros temas en México, la salud mental puede ser considerado un tema tabú el día de hoy por muchas personas. Todavía es frecuente escuchar el “échale ganas” o el “ya no estés triste” como recomendaciones para personas que padecen depresión o referirse a las personas con ansiedad como “raritos”. Esto no es nada sorprendente considerando que los mexicanos no acostumbramos a cuidar ni siquiera la salud física.
Sin embargo, ha habido intentos por concientizar a la población en general sobre la importancia del cuidado de la salud mental y las consecuencias que pueden tener en una persona si se descuida constantemente. Hay comerciales en los medios de comunicación que advierten de no menospreciar los síntomas de algunas enfermedades mentales, pero todavía hay mucho trecho que recorrer para que el tema sea tratado con la seriedad que le corresponde.
Por otro lado, ese es sólo uno de los problemas que enfrentan las personas con enfermedades mentales. Debido a nuestro estilo y ritmo de vida, el cuidado de la salud mental se puede considerar un lujo. Alguna vez alguien dijo que “el dinero no compra la felicidad” pero es poco probable que esta persona padeciera depresión, ansiedad o cualquier otro problema de esta naturaleza. Sin lugar a dudas, el dinero no te va a dar amigos, amor o cualquier cosa que consideremos que produzca felicidad auténtica, pero es mucho más fácil lidiar con estas enfermedades si se tiene cierta comodidad financiera.
La falta de dinero puede generar grandes niveles de estrés en personas mentalmente sanas, pero para alguien con ansiedad puede ser el detonador de algún ataque. Una persona que cuenta con suficientes recursos económicos como para darse el gusto de alguna actividad o producto que encuentra relajante o le produce felicidad, como un viaje, una obra de teatro, un concierto, algún tipo de comida o practicar algún deporte, está cuidando de su salud mental, ¿Pero qué pasa con los que no los tienen?
Por si eso no fuera suficiente, tanto la terapia como el medicamento para tratar las enfermedades mentales está muy lejos del alcance del bolsillo de muchos mexicanos. Es fácil darse cuenta que tenemos mucho que hacer como sociedad para poder hablar de la salud mental abierta y respetuosamente, pero tenemos que también poner mucho empeño en visibilizar estas injusticias para hacer el tratamiento accesible para todos, ya que estos padecimientos no discriminan por edad, género ni nivel socioeconómico. La integridad y la calidad de vida de una persona no debe estar sujeta a la cantidad de dinero del que dispone.
Recaditos
Rene: Un saludo a Alison Cabrera de la carrera de negocios generación 2018.
Lau: Saludos a todos los chicos que laboran en Bellas Artes UPAEP, especialmente a Frida Ramirez.
Mary: Feliz día a mis compañeros de la carrera de odontología.
Diana: Les deseo a todos un excelente día y disfruten el fin de mes.
Ale: Le mando un saludo a mi mejor amiga Lore de la carrera de medicina generación 2017.
Marco: Saludos a Carmen Lara de la carrera de gastronomía generación 2019.
Pavel: Feliz inició de semana a todos los estudiantes UPAEP especialmente a los de la carrera de enfermeria.
Jaque: Saludos a todos los chicos que participan en FILSE.
Chucho: Feliz inició de semana a todos los chavos de deportes.
Indira: Mucho éxito en esta nueva semana a todos los colaboradores UPAEP, porque siempre son sumamente amables.
Fredy: Le deseo a todos los chicos que tengan un bonito día.
Tommy: Le mando saludos a Rigo de la carrera de psicopedagogía generación 2017.
Cecy: Le mando un abrazo y un saludo a Magda de la carrera de contaduría generación 2019.
Alan: Disfrutando mi último semestre de la carrera de ingeniería agrónoma, aquí viví la mejor época de mi vida.
Gaby: Saludos a Karen Contreras de la carrera de arquitectura.
Por: Paco Rubín
Algunos saben y lo cuentan.
Al bandoneón le robaron la música, lo dejaron mudo, callado.
Una caja vacía, con voz de llanto.
Pero un ave que pasaba se alimentó de las notas que quedaron esparcidas por el camino.
Al día siguiente, su plumaje era de azules, verdes, tecnicolor…
Alguien dijo que esa ave era de colores.
La realidad, es color música…
Las hojas caen, el aire se vuelve frío. Todo vuelve a comenzar.
¡YA NO HAY!
Ya no hay ni compromiso, ni generosidad, ni entrega. Ya no hay gente que ame, que ceda, que crea. Ya sólo hay intereses propios, egoístas y ciegos. Ya sólo hay cuerpos.
VOLVER AL NIDO
¡Cuánto me gusta regresar al nido, al espacio que me acurrucó al nacer, en el que encontré alimento para fortalecer mis alas y después volar!
Regresar y encontrar aquella que espera alegre mi llegada, que con tan solo una mirada me demuestra su amor maternal.
Su rostro bello, su sonrisa tierna y sus dos luceros que me miran sin cesar. Dios te cuide, madre hermosa, bella flor que el tiempo no ha podido secar.
El vuelo de Iberia 401 se desplomó a las 14:16 el 13 de junio del 2019; no hubo ningún sobreviviente. La despedida fue muy emotiva; la tía Martha se había lucido con los tamales de mole. Pero ahora tenía un extraño presentimiento. Algo no estaba bien. Trató de ignorar esa sensación apretujando en la maleta el último par de tamales de la cena. —Todo listo. Ya quedó la maleta. Tengo mi boleto, mi pasaporte… creo que ya no me falta nada. —¿Cargador del celular? ¿Cepillo de dientes? —Sí mamá, ya está todo listo. La mamá de Claudia, Graciela, era una mujer que siempre se encontraba ocupada, pero esa tarde se dedicó a ayudar con los últimos preparativos del viaje a su única hija. —Dios te bendiga, mi amor –le dio un beso en la frente–. Vámonos. —Sí mamá –dijo Claudia, cerrando la cajuela. Pero Claudia aún no subió al coche. Entró a la casa y dio un último. Trataba de memorizar los detalles, los olores, los sabores y los sentimientos. Finalmente salieron las dos rumbo al aeropuerto. El silencio del viaje se encontraba cargado de emociones. Era la primera vez que Claudia salía tan lejos de casa. A un país diferente. A una aventura. Durante el recorrido al aeropuerto, el extraño presentimiento volvió a anidarse en su pecho, en su corazón. —Te amo mamá, gracias por apoyarme. Sin tu ayuda este viaje no hubiera sido posible. Justo al llegar al aeropuerto sintió que el estómago se le deshacía. Fue corriendo al baño. Cuando volvió a la sala de espera, alcanzó a ver el avión que acaba de despegar. La tía Marta se lo había dicho la noche anterior: “El que nace para tamal del cielo le caen las hojas”.
Publicación a cargo de la Lic. Yolanda Jaimes Vidal, Coordinadora de Comunicación InternaGrecia Juárez Ojeda, DirectoraCristhian Adal García Hernández, Subdirector, Jefe de InformaciónJesús Del Pozo Sotomayor, Jefe de FotografíaEric Contreras Santos, Jefe de Fotografía DeportivaArlette Sánchez Santos, Editora
ReporterosDafne Ixchel Agüero Medina, Jefa de Sección/CulturaGibsy Sagrario Gonzalez Garcia, Reportera de Proyectos de Impacto Social
OpiniónGrecia Juárez Ojeda, ColaboradoraCarolina Méndez, ColaboradorItzel Reyes Camargo, ColaboradoraRoberto Carlos Pérez Hernández, ColaboradorCristhian Adal García Hernández, ColaboradorJesús Del Pozo Sotomayor, ColaboradorRocio García González, ColaboradoraDiego Efrén Torres Fernández, Colaborador
Diseño y Edición GráficaMa. Fernanda Bretón Vega, CoordinadoraMayra Renne Beltrán Garay, Jefa de DiseñoAmanda Jimenez Cardenas, Jefa de DiseñoMaria Teresa de Jesus Guendulain, Jefa de DiseñoAzalea Hernandez Morales, DiseñadorAzalea Hernandez Morales, Maria Jose Guitierrez Arcega, Miguel Lopez Rosete, Aldo Arturo Gonzalez Ávalos, Rose Mary Susana Figaredo Ilustradores
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