Luisa Fernanda Martínez

La última carcajada es una película estrenada el año pasado en la plataforma Netflix. Dirigida por Greg Pritikin y estelarizada por Chevy Chase, Andy MacDowell y Richard Dreyfuss, la historia nos cuenta las aventuras de un par de veteranos de la industria del espectáculo. El filme empieza cuando Al Hart, un representante artístico casi en el retiro, platica con su nieta sobre la vida y los planes que tiene para sus últimos años. Ella le propone que vaya a una casa para adultos mayores pues no le gusta que él esté solo gran parte del día.

Hart acepta la propuesta de su nieta y viaja para conocer el lugar. Ahí, después de un tiempo, se reencuentra con un antiguo cliente, Buddy Green, un comediante de stand up comedy. Ambos platican de sus memorias y el representante acepta vivir con él en la casa de retiro. Mientras pasan los días Al no se siente a gusto en su nuevo hogar pues no quiere envejecer ahí, sin hacer nada. Entonces comprende que necesita volver al negocio para sentirse vivo y le propone a su amigo comediante que regresen a las andadas. Éste, al inicio, se niega, pero después ambos comienzan a recorrer varios estados de Estados Unidos y ciudades mexicanas como Tijuana, donde Hal logra conocer a un nuevo interés amoroso y Buddy puede cumplir su sueño de regresar a los escenarios.

La última carcajada aborda el mundo de las personas de la tercera edad y las preguntas que llegan en la última etapa de la vida. Algunos quieren alejarse del mundo y otros se niegan a renunciar a las actividades que hicieron por muchos años.
Al y Buddy representan polos opuestos respecto a la decisión de retirarse; Hart prefiere seguir trabajando de representante artístico aunque tiene años sin estar activo. A pesar de esto se niega a pasar sus últimos años aislado del ambiente que lo formó. Por el contrario, Buddy intenta disfrutar sus últimos años en soledad y descansar.

Más allá de las razones particulares que muestra la película, La última carcajada refleja los retos que enfrentan las personas de la tercera edad y si, en realidad, tienen el poder de decidir qué harán con sus vidas en el último trecho de su existencia. Esta película nos enseña que, a pesar de tener sus necesidades resueltas, muchos adultos mayores quieren volver a sentirse útiles y no depender totalmente de sus familiares. Es muy interesante ver cómo el filme aborda este tema y cómo nos muestra que nunca es tarde para cumplir un sueño. A veces, por supuesto, se necesita un impulso inicial, como sucede con los personajes que vemos en pantalla.

La última carcajada narra las aventuras de dos compañeros que recuerdan sus antiguas glorias y que nunca es tarde para seguir cumpliendo un papel valioso en el mundo. La vida transcurre en un abrir y cerrar de ojos, es un pestañeo o un chasquido. Cuando nos damos cuenta han pasado muchos años y no hemos reflexionado sobre lo que hemos hecho durante tanto tiempo.

En lo personal me gustó mucho esta película. Por cuestiones personales –el fallecimiento reciente de mi abuelo– no estaba muy convencida de verla pues sentía que me pondría un poco triste, sin embargo, fue todo lo contrario, la película me hizo animarme más y darme cuenta que una persona mayor puede ser divertida y que todos merecemos una nueva oportunidad para brillar.