Cuando Donald Trump entró a la presidencia de Estados Unidos, una de sus primeras acciones fue reacondicionar las habitaciones de la Casa Blanca, fue así que pidió al Museo Guggenheim de Nueva York que le prestara una obra de Vincent Van Gogh, el ‘Landscape with Snow’, para ser más concretos, pues quería albergar una pintura especial.
Sin embargo, la curadora del Guggenheim, Nancy Spector, rechazó tal solicitud y a cambio, le ofreció otra pieza de arte contemporáneo, un inodoro de oro titulado “América” del artista italiano Maurizio Cattelan, que hace una sátira del exceso de riqueza que hay en ese país, alegando que la obra era también extremadamente valiosa y algo frágil, pero que con todo gusto les facilitaría las instrucciones para su instalación y cuidado.
Trump nunca se pronunció ante el ofrecimiento, y esa noticia ya tiene más de un año, pero estos días se va vuelto a hablar de la pieza porque se estaba exhibiendo en el Palacio de Blenheim, ubicado en Inglaterra, la casa de campo donde nació Churchill.
El retrete estuvo instalado para uso de los visitantes, es decir estuvo conectado a las tuberías como si se tratara de uno común y corriente, por eso resulta extraño pensar que pudo se robado sin que nadie se diera cuenta, en especial porque al retirarlo, causaron daños e inundaciones en las instalaciones. Pero el hecho es que sí, el retrete fue extraído del museo y aunque no se ha recuperado aún, ya se detuvo a un hombre de 66 años que, al parecer, estuvo relacionado con el robo.
La obra está hecha de 18 kilates y tiene un precio aproximado de 1 millón de dólares. Se dice que para haber cometido el robo tuvo que participar un equipo de por lo menos cuatro personas, y aunque parece un hecho aislado a los sucesos anteriores con Trump, hay alguna teoría que habla sobre que pudo haber sido él quien lo mandara a robar.
Hasta el momento sigue siendo desconocido cómo fue que se efectuó el robo concretamente, y quienes son los otros responsables si es que los hay, pero sigue siendo extraña la forma en que sucedieron los hechos y queda la duda de, si llegan a fundirlo y lo convierten en otra cosa, ¿esos nuevos objetos seguirían siendo obras de arte por haber sido una creación de Maurizio Cattelan?