En días recientes somos testigos de manifestaciones internacionales que proclaman cambios a la manera económica de llevar las cosas, en este sentido, la visión de cambio, al menos, en el caso de Latinoamérica no distingue entre un Gobierno de izquierda o de derecha.

El termino izquierda hace referencia a un tipo de políticas que tienen un enfoque mas social, como la repartición de la riqueza, menores impuestos, proteger a los consumidores y productores externos. Por otro lado, el termino de derecha hace énfasis en aumentar la competencia interna y externa dando los recursos naturales a empresas privadas para que los puedan explotar de manera más eficiente provocando un aumento en el crecimiento económico.

Los gobiernos populistas o de izquierda juzgan y condenan las políticas de la derecha, porque según su percepción no son justas, porque existe una desigualdad entre ricos y pobres, porque los pobres no gozan de los beneficios de los ricos, porque el pueblo es pobre y otros son ricos. Por otro lado, la derecha encuentra en las empresas una forma de generar crecimiento económico, y por ende, son los que se llevan mayor ganancia y esto no es bien visto por todos.

El propósito de la izquierda y la derecha es mejorar la calidad de vida de las personas, esa es la idea principal, difieren en las herramientas para lograrlo. Es por eso, que existe tanta lucha, tanta pelea últimamente para decir visión es mejor que otra. Lo lamentable de la situación es que tenemos personas que llegan al extremo de ver únicamente la visión de izquierda o derecha y con ello llegar a consecuencias no imaginadas.

Como antecedente de esto, tenemos discursos nacionalistas que buscan establecer su idea como la solución a todos los problemas. Incluso inventar problemas que no existen, pero mediante el discurso persuasivo logran cambiar la visión del mundo que tenemos. Y no hay a quien salvar, porque todos en alguna ocasión utilizaron al discurso hiriente, sin sentido, para lograr sus objetivos.

Estos discursos causan una separación social, porque los ricos y los pobres o los buenos y los malos no pueden convivir, son personas con diferentes objetivos y con cierto resentimiento entre ellos. Como consecuencia tenemos a Chile en una manifestación por mejores oportunidades, cambios de gobernantes en Argentina, conflicto político en Bolivia, entre tantos otros.

Lamentablemente México no es la excepción. Tenemos dos bandos; los chairos y los fifís. El pueblo y los que no son pueblo. Los desprotegidos y los conservadores. Y esta situación con el pasar de los días se va haciendo mas grande, porque nos estamos cerrando en una visión que quizá ni siquiera entendemos, porque no es la nuestra, es la de un discurso que trata de separarnos. Y hay que pensar las cosas con detenimiento y analizarlas con lupa. Las cosas no estaban bien, pero no estábamos en el hoyo. Ahora parece que estamos en las dos.