Por: Diego Eduardo Guerra Rojas

“Todos mienten” era la frase más relevante de Gregory House, personaje principal de la serie de televisión Dr. House estrenada en el 2004 por la cadena FOX. El famoso doctor siempre fue un personaje al que le encantaban las incógnitas, nunca dejaba los problemas sin ser analizados a fondo, pero ¿esto le impidió ser feliz durante las 8 temporadas?

La vida de House siempre daba giros inesperados que hacían infeliz a nuestro personaje: la adicción, el dolor, la pérdida de gente cercana a él y el amor, lo lastimaban. Con base en su experiencia personal, el personaje nos daba a entender que todas las personas en algún momento de sus vidas tienen que mentir: “las personas no cambian, sólo buscan nuevas formas de mentir”, era la respuesta al “todos mienten” de su día a día.

Al personaje le gustaba analizar a las pocas personas con las que trataba para poder comprender cómo funcionaban su mente e ideas. El sarcasmo, la burla y las metáforas eran también parte de su personalidad. Sin embargo, estas actitudes provocaban que no pudiera entablar relaciones duraderas con otras personas. Decir lo que pensaba sin pensar en el efecto de sus palabras hacía que los demás lo miraran con desagrado y lo evitaran.

Dr. House escapó de los problemas, el dolor y la tristeza en toda su vida con la ayuda del vicodin, un opioide que se usaba como analgésico y del cual se volvió adicto. A veces intentaba dejar esa medicina pero tenía recaídas. Una de las más famosas fue provocada por la ruptura amorosa con la doctora Lisa Cuddy. Doctor House pensaba firmemente que la felicidad causaba daños en su juicio mental y en los diagnósticos que hacía a los pacientes. Esto me hizo pensar que, a veces, cuando estamos enamorados todo se vuelve color de rosa y no queremos ver el lado malo de las cosas. Algunas relaciones amorosas terminan por no querer ver la realidad y Dr. House lo sabía perfectamente.

En la serie llevan esta idea al extremo y por eso alejaba a todos aquellos que lo querían ayudar; siempre fue un egoísta al que no le importaba la vida de los demás y esto mismo terminó con su carrera y vida.

Después de ver la serie llegué a la conclusión de que todos podemos ser felices si así lo deseamos; los verdaderos obstáculos y problemas de la vida no siempre están en los demás, están en uno mismo. También pensé que muchas veces mentimos, en ocasiones para no hacer daño a otras personas o para resolver un problema. Sin embargo, siempre hay que pensar en las repercusiones que pueden tener nuestras palabras a pesar de que nuestras intenciones sean buenas. Doctor House es una serie que vale la pena ver para comprender, desde una perspectiva interesante, la naturaleza humana.