Es verdad, todas las nobles carreras de esta venerable institución tienen no por mucho un destino incierto en tanto las competencias laborales y oportunidades de desarrollo a las que se enfrentarán terminada su titulación. No por querer resaltar ni ser el niño especial de la familia debo de decir, con plena honestidad, que mi carrera (Filosofía) al igual que muchas otras que se encuentran dentro del decanato de Humanidades sufren, han sufrido y sufrirán una interrogante que sobrepasa nuestro (a veces limitado) ego ¿De qué vas a vivir?

Recuerdo perfecta una clase de preparatoria, de esas que intentan brindarte una orientación vocacional o por lo menos crearte un perfil profesional para visualizar el mejor campo de batalla laboral. En esa sesión en particular recuerdo una presentación de las “Carreras del Futuro”. Dentro de estás la Filosofía perfilaba como la principal en tanto que el pensamiento del hombre cambia, cada día es un despertar de hallazgos es decir, a simple vista la Filosofía tiene un futuro. Que yo en mi profesión tenga futuro, es otra cosa.

Este año hubo recortes importantes a varios programas de investigación, dentro de estas se vio afectado el CONACYT el cual, dentro de otras muchas cosas financia o da incentivos a muchos investigadores para que continúen contribuyendo a la sociedad con libros, artículos, proyectos de impacto social a través de la formulación de nuevas teorías y por supuesto, siendo la voz crítica ante los dilemas socio culturales que enfrenta el país.

La UPAEP tiene la fortuna de contar con una gran número de investigadores, muy en especial me enorgullece que todos mis profesores de tiempo completo son SNI (Sistema Nacional de Investigadores) es decir, son grandes apasionados de su carrera filosófica pues, el amor por algo o a alguien no queda estéril, es fructífero en abundancia. De este modo, el publicar todos los años una cierta cantidad de papers, impartir ponencias y conferencias por todo México y el mundo es una pequeña muestra de toda la dedicación y esfuerzo que ellos tienen. Entonces, pareciera que sí hay un futuro para los que estudian filosofía es más, hay un futuro para todos aquellos que les preguntan “¿Y de qué vas a trabajar?”

Sin embargo, como mencioné anteriormente, podemos darnos una idea del valor social y económico que tienen las Humanidades y las Bellas Artes ante los ojos de los demás. Parece que los países en desarrollo como México tienen otras prioridades tales como la inseguridad, el desempleo, la pobreza, cansar gansos y construir trenecitos. Como sea, es deber de todos nosotros, pobres estudiantes de carreras mal valoradas, demostrar al mundo nuestra primicia. Retomando el monólogo del maravilloso Robin McLaurin Williams en la afamada película El club de los Poetas Muertos: “La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería son carrearas nobles y necesarias para sostener la vida pero la poesía, la belleza, el romanticismo y el amor, son las cosas que nos mantienen vivos”.

Si nosotros no nos apoyamos ni nos “echamos flores” ¿quién lo hará?, si entre nosotros no compartimos nuestros logros, si no difundimos los proyectos de cine independiente, las obras de teatro amateur, las exposiciones de artistas emergentes, animaciones, diseños, cuentos, poemas y tristezas. Conciertos en parques o en auditorios, logros nacionales e internacionales ¿Quién lo hará?
Esta no es una guerra en contra de aquellas personas que desvirtúan nuestras carreras, que toman por burla nuestra decisión de “morir de hambre”. Esta es una guerra con la ignorancia, contra la insensibilidad del hombre. Estamos en los primeros 20 años del siglo XXI, pensemos que somos el referente para toda una nueva era. Cuando sea el 2999 y nuestra generación sea estudiada ¿Seremos olvido? ¿Pasaremos como una generación más?

Más que nunca luchamos ahora por calidad y un verdadero encuentro con la belleza del arte. Ser referentes no significa cortar con toda la tradición estética y académica que se ha consolidado hasta nuestros días. Seamos la generación que reafirma el papel del diseñador gráfico, del poeta, del cineasta, del psicólogo, del psicopedagogo, del humanista o del filósofo.
¡Humanistas y Artistas de México, Uníos!