Imagina que sueñas con tu pareja ideal, desde su físico, su forma de ser hasta sus orígenes: quiénes son sus padres, dónde nació y las cosas que le atormentan por las noches y que de pronto un día, así como así, se vuelve real.

Este es el caso de Calvin, un joven escritor de repentino éxito, quien se encuentra paralizado frente a la falta de inspiración mientras todos se preguntan con ansias sobre su siguiente obra. Ya con suficientes problemas de interacción social, las relaciones más fuertes de Calvin son con su hermano, su perro y su terapeuta; quien ante esta falta de inspiración y lazos, sugiere a Calvin escribir sobre “la chica de sus sueños”. 

Y así es como Ruby se vuelve real; tan real que todos pueden verla y Calvin cree estar perdiendo la cabeza en un inicio. Ruby se materializa en una joven alegre y efervescente, que se va desarrollando y desenvolviendo en su entorno. Calvin se muestra feliz con su nueva pareja, todo marcha bien y él se olvida de escribir. 

Aunque en un inicio el carácter de Ruby está formado únicamente por los atributos dados por Calvin, poco a poco ella va formando su criterio y deseos propios, lo cual ocasiona en Calvin un sentimiento de desplazamiento. Aunque Ruby comienza a ser independiente no deja de estar vinculada a lo que dio origen a su vida, la máquina de escribir. Y es justo esta situación junto con el sentir de Calvin, lo que lo motiva a escribir de nuevo para modificar el comportamiento de Ruby, haciendo que ella se olvide de su necesidad de crecer, y su mundo se reduzca meramente a su relación con él.

Esta película tiene una propuesta muy sencilla y a la vez muy significativa por su tema, referente en un segundo plano a la vida del autor y su obra, a qué tanto de uno mismo queda entregado en la obra del artista. Y en un primer e importantísimo plano, a las relaciones humanas, siendo la máquina de escribir, una bella analogía sobre nuestra forma de vincularnos a través de afinidades y qué pasa cuando estas comienzan a cambiar; qué pasa cuando en una relación uno comienza a crecer más que la otra persona, dónde deja eso a la relación y hasta dónde puede llegar tanto nuestro egoísmo, como nuestro amor por los otros; la soledad, la idealización, entre otros muchos temas vitales en nuestras relaciones.

Su estética conserva un simplismo que emana al estilo visual de la anterior película de los directores Valerie Faris y Jonathan Dayton; la muy querida “Little Miss Sunshine”.

Sin más por el momento, Ruby Sparks o “Ruby, La Chica De Mi Sueños” se vuelve una película digna de admirarse y disfrutarse.