Existe una imagen que circula en redes sociales que simula la conversación de un papá con su hijo: - ¿Si matamos a todos los ladrones, quedaríamos solo los buenos, papá? -No hijo, solo quedaríamos los asesinos, y debajo la legenda “El camino no es la violencia, es la educación”.

Quizá, esto último, sea una frase que el señor presidente ha puesto de moda desde que inició campaña y  después de los hechos ocurridos en Culiacán, Sinaloa, se convirtió en la justificación de por qué dejaron ir al hijo de ‘el Chapo’; si estamos en contra o a favor de la manera de gobernar esto pudiera ser un tema de debate en el que quizá nunca nos pondríamos de acuerdo.

Es cierto, la violencia nunca es el camino y sí, la solución siempre es la educación. No obstante, la última cifra reportada en materia de asesinatos en el mes de octubre, en comparación con el mismo mes del año anterior, indican que los homicidios relacionados con el crimen organizado han incrementado casi un 100 por ciento.

Por lo anterior, es urgente implementar políticas claras no solo enfocadas al combate a la delincuencia o al crimen organizado, sino también educativas, pero más allá de solo esperar los jalones de oreja de las madrecitas o abuelitas para que pongan orden en sus hogares, es necesario  atacar de raíz un problema que ha dejado de tener una arista.

Puede decirse que en cierto sentido, el señor presidente tiene parte de razón en atribuir a las mamacitas la educación de sus hijos para que no salgan a delinquir, pues siempre la educación comienza en casa, o que debido a la falta de empleo los jóvenes son presa fácil de organizaciones delictivas, y así podemos continuar la lista de posibles causas de los altos índices de violencia en el país que en los últimos años se han convertido en parte de nuestra vida diaria, no solo en una zona específica del país, sino que se ha extendido de norte a sur y de este a oeste.

¿De quién es la culpa? ¿Del gobierno, de las instituciones, de la falta de empleo, las políticas públicas mal enfocadas, de las mamás por no saber educar a su hijo? Sin duda, todos somos parte del problema, somos parte el problema al comprar cosas robadas, al consumir estupefacientes, al comprar piratería, nadie, más que nosotros hemos cooperado para formar una sociedad corrupta que avala lo ilícito.

Hoy vemos mal a quienes hacen el bien, hoy no podemos ni confiar en el vecino, ni en la persona que se acerca a pedirnos la hora, en los limpia parabrisas, caminamos con el temor de ser asaltados, en el mejor de los casos, porque podría pasar que ni siquiera regresemos a nuestra casa.

Estas semanas han sido muy violentas, por mencionar un caso, la más reciente matanza de la familia de los Lebaron que se suma a las estadísticas nacionales donde por violencia mueren al día 95 personas.

Son tiempos difíciles los que se viven en México, sin embargo, lo único a lo que podemos apelar es a la humanidad, somos nosotros, como bien lo dice el Presidente, porque de él no podemos esperar más que abrazos, quienes debemos cambiar la situación de violencia en que está sumergido el país.