El fútbol soccer es por esencia uno de los deportes más vistos a nivel mundial. Si bien, existen cuatro ligas que han encumbrado en este deporte: la liga inglesa con sus respectivos equipos como el Liverpool, el Manchester City, Tottenham; la liga italiana y la Juventus, AC Milán, Inter Milán, Roma; la liga alemana con el siempre favorito Bayern München, Borussia Dortmund, Leipzig y finalmente la liga española con el trece veces campeón de Europa, Real Madrid, el Club Barcelona y el Atlético de Madrid por mencionar a los 3 protagónicos.

Sin embargo, pese a estos magnánimos equipos, existen otros quienes buscan protagonismo. Cualquiera diría que se desenvolverían en un plano futbolístico: aportando jugadores locales a sus selecciones, siendo protagonistas en las categorías juveniles, acrecentar el nivel de su liga local y teniendo protagonismo en las justas internacionales como la Champions League o Europa League. No obstante, el negocio por parte de las televisoras indica lo contrario. El día 4 de febrero del 2020, el portal TyC Sports ha lanzado una nota en donde las ligas futboleras de Bélgica y Holanda pueden crear una Súper Liga, es decir, fusionar sus equipos y llamarla la BeNeLiga (Belgium y Nederland) para 2025.

Gianni Infantino, presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), ya dio a conocer el proyecto de este torneo, que busca mezclar diez equipos de la liga holandesa y ocho de la liga belga. En este torneo se busca ascender y descender, término que –hasta el momento- no se ha explicado, pero lo que sí es evidente es el dinero de por medio. Este torneo beneficiará a las televisoras puesto que se puede generar 80 millones de euros por país por año que podría establecerse entre los 250 y los 400 millones anuales.

Un proyecto disparatado por el dinero, pero aclamado por los que ven este deporte. ¿Qué más necesita la FIFA? ¿No les bastó con la Liga de Naciones ya esparcida por el mundo? ¿Hasta cuándo se velarán los verdaderos intereses del fútbol? Bien tenía razón Eduardo Galeano en su libro “El fútbol a sol y sombra”:

“A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí”.