Desde hace un par de años ha sido patente la discusión sobre las implicaciones y oportunidades que las inteligencias artificiales tendrán en todos los campos del conocimiento y del quehacer humano. Muchos de los análisis se han centrado en reconocer su potencial para estudiar volúmenes cada vez mayores de información con lo cual tomar decisiones más rápidas y asertivas. Actualmente podemos reconocer las aplicaciones de estas tecnologías en campos como la estadística, la educación y la toma de decisiones dentro de las organizaciones. En las siguientes líneas trataré de transmitir mi visión personal de las ventajas que la Inteligencia Artificial traerá a quienes nos desempeñamos en el campo de la ingeniería química.

Hoy en día es posible leer, en publicaciones especializadas de la ingeniería química, artículos y disertaciones sobre el uso de tecnologías como machine learning o digital twins para el diseño, análisis y modelamiento de sistemas complejos involucrados en operaciones y procesos de interés típicos de la disciplina. Por ejemplo, separadores, reactores o intercambiadores de calor. Con dichas tecnologías se ha logrado obtener resultados impresionantes en cuanto a rapidez y precisión; lo que en el futuro próximo se volverá significativo dentro de la industria química para tener procesos cada vez más sustentables y tecnológicamente viables.

Un segundo punto importante es que, como es bien sabido, el diseño, construcción y optimización de los procesos de la industria química involucra el análisis e integración de una gran cantidad de información técnica, financiera y normativa. Entonces, las inteligencias artificiales serán una herramienta de gran utilidad para la próxima generación de ingenieros químicos interesados en generar procesos más eficientes, que aprovechen de manera óptima los recursos disponibles y garanticen la minimización de los efectos nocivos y los riesgos asociados a ellos. Es decir, la inteligencia artificial se convertirá en una herramienta muy valiosa para la toma de decisiones dentro de las organizaciones, tanto empresariales como del sector gubernamental y consultivo.

Finalmente, la inteligencia artificial será un motor importante en cuanto a la innovación y el desarrollo de nuevos productos dentro de las diferentes ramas de la industria química. Sus bondades permitirán a los profesionistas dedicados a la ingeniería molecular desarrollar nuevas moléculas de forma más eficiente y asertiva mediante el modelamiento y simulación de sus interacciones. Con ello se puede predecir de forma más precisa sus propiedades, efectos y riesgos; lo cual será especialmente significativo en áreas como el desarrollo de fármacos (donde se busca una eficiencia y especificidad alta), la nanotecnología y el desarrollo de materiales avanzados.