Las Voces de Ingenierías: ¿Qué está ocurriendo con el Riesgo por Sismos en México?
29/09/2022
Autor: Dr. Eduardo Ismael Hernández
Cargo: Profesor e Investigador de la Escuela de Ingeniería Civil

Etimológicamente, seismo proviene del griego y significa sacudida de la tierra, y hablar de los sismos siempre ha sido un tema complejo, particularmente en nuestro país. Para comenzar, hay evidencia de que México es parte de una región con una elevada tasa de ocurrencia de temblores. También, sabemos que el territorio nacional se ubica en una compleja interacción entre cinco grandes placas tectónicas. La interacción entre dos de ellas, la de Norteamérica y la de Cocos, representa la mayor actividad sísmica nacional, con eventos distribuidos de manera aleatoria tanto en el espacio como en el tiempo. Los científicos que estudian estos fenómenos naturales suelen ser los sismólogos, que deben explicar el origen de las dislocaciones, movimientos relativos de las grandes porciones de la litósfera; además, tratan de explicar cómo es la propagación de las ondas sísmicas desde la fuente sismogénica (foco del evento) hasta las ciudades. Para lo anterior, los sismólogos necesitan el uso de instrumentos y de tecnologías que les permiten registrar los movimientos sísmicos y, después de su análisis, caracterizar cada evento. 

Viendo el problema desde el enfoque sistémico y aleatorio, como lo es, se puede decir que la ocurrencia de este fenómeno natural, en todas partes del mundo, tiene altos componentes de incertidumbre. La primera de ellas es la cantidad de energía que se libera en la compleja interacción de las placas, conocida como la magnitud del temblor.  La segunda fuente de incertidumbre se relaciona con su localización en el espacio descrita por la latitud, longitud y profundidad. Para estas dos primeras fuentes de incertidumbre se tienen indicios de las regiones, y el tamaño de ellas, que han experimentado ocurrencia de temblores importantes en los últimos cien años. Sin embargo, la tercera fuente de incertidumbre es precisamente la distribución de la ocurrencia de temblores a lo largo del tiempo. 

Como todo fenómeno con incertidumbre, la ocurrencia de los temblores en el futuro fue estudiada por el Dr. Luis Esteva, Ingeniero Civil de la UNAM y actual Investigador Emérito del Instituto de Ingeniería de la máxima casa de estudios. El profesor Esteva planteó en su tesis doctoral un criterio para estimar las probabilidades de ocurrencias de temblores en el futuro, contribuyendo a desarrollar herramientas ingenieriles para poder tomar mejores decisiones respecto al diseño sismorresistente de las construcciones. Por este trabajo pionero y por las contribuciones del Dr. Emilio Rosenblueth, otro gran Ingeniero Civil de la UNAM, la Ingeniería Sísmica Mexicana es reconocida internacionalmente. Ambos personajes sentaron las bases para poder estimar el nivel de riesgo por sismo en una sociedad. Específicamente, el riesgo lo componen la amenaza (fenómeno natural) y el nivel esperado de daños en las construcciones expuestas a la sacudida del suelo (vulnerabilidad).

Tratando de dar respuesta a la pregunta del título de esta nota, se puede anticipar que: cada sismo importante nos deja nuevos retos y cuestionamientos, por lo que debemos seguir dedicando esfuerzos para responderlas. La ciencia y la ingeniería deben usar sus descubrimientos para reducir las incertidumbres y responder a cada interrogante. Por su parte, los constructores de edificaciones e infraestructura (Ingenieros, Arquitectos, Contratistas), tienen que realizar su trabajo con esmero y calidad, para que las construcciones tengan buen comportamiento y evitar los colapsos. De no cumplirse lo anterior, estamos destinados a seguir en riesgo sísmico.