En esta celebración debemos mirar hacia adelante con esperanza y como humanidad, esto que hemos vivido dentro de la pandemia, tiene que movernos a ser mejores en el amor, a estar dispuestos a ayudar con amor a los demás, hacer de lado las tinieblas de nuestro egoísmo que nada bueno nos ha traído como humanidad.
El Día de la Candelaria (luz, vela que ilumina), que se celebra este 2 de febrero cuando se “levanta el Niño Jesús del nacimiento”, día en que se presenta al Niño Jesús en el templo, además de celebrarse el día de la Vida Consagrada y tradicionalmente, “pagar los tamales, por parte de aquellas personas que tuvieron la gracia de sacar la imagen del Niño Jesús en la rosca de reyes”, debe ser un espacio para la reflexión por los aprendizajes obtenidos como humanidad.
Es tiempo de reflexionar estos aprendizajes que nos ha dejado la pandemia como humanidad y el Día de la Candelaria puede ser un espacio para hacerlo, comentó Gabriel Meneses Arce, Capellán de la UPAEP.
En estos tiempos de pandemia, El Niño Dios, nos hace reflexionar y nos hace referencia al nacimiento que se encuentra adornado por las luces, resplandecen de una manera más profunda en la oscuridad, que es cuando se aprecian las luces que adornan el pesebre.
“Cuando hay oscuridad, la luz aun cuando sea pequeña, resplandece más y es posible apreciarla con mayor profundidad. La fiesta de la Candelaria, nos dice haciendo referencia a este cántico… Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel…, nos muestra cómo Cristo se muestra al mundo como luz. Y casi a dos años de que llegó la pandemia a México, con un recorrido muy largo, que ha sido difícil para muchos, triste para otros, en donde podemos decir de alguna forma como patria, como humanidad, hemos vivido momentos de oscuridad y eso es una realidad”, manifestó Meneses Arce.
“El año pasado por estas fechas podíamos observar a gente con mucho sufrimiento, buscando oxígeno, pidiendo algún tipo de ayuda, hospitales saturados. También hemos observado cómo ha llegado Jesús a dar luz a muchas familias en medio de las tristezas”, y todos hemos aprendido de estas situaciones, expresó Gabriel Meneses.
Dijo que esta fiesta de la Candelaria debe recordar a las personas de cómo Dios brilla en las tinieblas, y las tinieblas no vencen la oscuridad, situación que nos debe comprometer a todos nosotros como humanidad, porque haciendo una reflexión profunda de estos momentos, es triste que en algunos aspectos, esta situación se haya agravado por el egoísmo de muchos de nosotros como humanidad, el querer pensar que el estar por encima del otro y querer tener la razón más allá de la importancia de la vida humana, “que es más importante mi beneficio, mi bienestar por encima de otra vida humana, tristemente nos ha hecho daño”.
Indicó que las personas deben darse cuenta de que tienen luz propia y pueden ser luz para otros, en la comunidad universitaria en la sociedad misma, hay muchas necesidades, como es el acompañamiento en lo emocional, en lo afectivo, por todo lo que traemos cargado de la pandemia.
Enfatizó que todas las personas en comunidad pueden salir adelante, podemos crecer, y saber que de una crisis podemos salir mejores o peores, y como comunidad, como patria, como sociedad y humanidad, estar dispuestos a pedir ayuda cuando sea necesario y a la vez, estar dispuestos a dar ayuda, a brindar luz, sabiendo que Cristo es la fuente de esta luz.
Dijo que el amor es el que nos da esta disposición y Dios es la fuente del amor. En esta celebración del Día de la Candelaria, debemos mirar hacia adelante con esperanza y como humanidad esto que hemos vivido dentro de la pandemia, tiene que movernos a ser mejores en el amor, a estar dispuestos a ayudar con amor a los demás, a hacer de lado las tinieblas de nuestro egoísmo que nada bueno nos ha traído como humanidad y de esta manera podemos salir fortalecidos siendo mejores seres humanos y salir adelante de esta situación adversa.