Un homenaje lleno de color y tradición, donde la comunidad universitaria recordó a grandes personajes a través del arte de los altares y el espíritu del Día de Muertos.
Una atmósfera de nostalgia y celebración se respiró en UPAEP el pasado 30 de octubre, cuando la comunidad universitaria se reunió para honrar a sus seres queridos y personajes históricos a través de una de las tradiciones más arraigadas de México: el Día de Muertos. Bajo la luz tenue de velas y entre el aroma de cempasúchil, se desplegaron los altares que compitieron en el tradicional Concurso de Altares de Otoño 2024, cada uno contando una historia y evocando recuerdos imborrables.
El evento, que fusionó tradición y creatividad, comenzó con el concurso De Catrinas Bailarinas. Parejas de estudiantes ataviados como catrinas y catrines demostraron sus mejores pasos en una competencia llena de entusiasmo y habilidad, despertando aplausos y risas del público que se contagiaba del ambiente festivo. Los ganadores, Lluvia Vital y Pablo Lozano, junto con otros participantes destacados, reflejaron la alegría y el respeto por esta celebración que da vida a los recuerdos.
Posteriormente, se llevó a cabo la esperada premiación del concurso de altares, donde los estudiantes de distintas facultades presentaron ofrendas inspiradas en personajes que han dejado huella en sus campos. Los estudiantes de Medicina se llevaron el tercer lugar con un altar dedicado a figuras legendarias de la medicina mexicana, como Salvador Zubirán e Ignacio Chávez. En su ofrenda, celebraron el espíritu de aquellos que, con su vocación y entrega, aún inspiran a las generaciones actuales de futuros médicos.
El segundo lugar fue para la ofrenda de Una Apuesta de Futuro, un emotivo homenaje a Don Mario Iglesias García Teruel, primer Rector de UPAEP, cuyo liderazgo y visión fundacional siguen vivos en cada rincón de la universidad.
El primer lugar lo obtuvieron los estudiantes de la licenciatura en Cine, en colaboración con la mesa directiva de Nutrición, con un altar dedicado a Ignacio López Tarso. En él, recrearon momentos de su vida, rindiendo tributo a su legado artístico que perdura en la cultura mexicana. El altar, cuidadosamente elaborado, no solo evocaba su presencia en la escena nacional, sino que conectaba a los espectadores con la fuerza y pasión que definieron al querido actor.
Durante toda la jornada, los asistentes también disfrutaron de actividades especiales, como la venta de hojaldras y chocolate caliente, la decoración de galletas y la posibilidad de pintarse el rostro como catrines y catrinas, sumergiéndose en el espíritu del Día de Muertos. El Campus Central estaba impregnado de un sentimiento compartido de respeto y admiración, recordando que esta festividad no solo es una tradición, sino un puente que une a los vivos con quienes ya partieron.
La celebración en UPAEP fue un poderoso recordatorio de que las tradiciones mexicanas siguen vivas, encontrando en cada nueva generación un espacio para florecer y preservar la memoria de aquellos que dejaron su huella en el mundo.