Más de 5 mil personas han sido beneficiadas a lo largo de 4 años, gracias al trabajo que están realizando estudiantes de Una Apuesta de Futuro en la Sierra Norte y Nororiental de Puebla, así como en la Montaña Alta en Guerrero.
A lo largo de cuatro años, el proyecto "Tapajtilis IKA Tasojtalis", encabezado por María del Carmen Aguilar Vargas y líderes comunitarios del programa de Una Apuesta de Futuro, ha marcado una diferencia significativa en la Sierra Norte y Nororiental de Puebla, así como en la Montaña Alta de Guerrero. Más de 5 mil personas han experimentado mejoras en su calidad de vida gracias a las estrategias de prevención implementadas.
María del Carmen Aguilar Vargas, estudiante de Ingeniería Biónica y líder del proyecto, explicó que el término "Tapajtilis ika tasojtalis" significa "curando con amor" en náhuatl. Este proyecto tiene como objetivo abordar los problemas de salud derivados de la falta de servicios públicos adecuados, en comunidades indígenas y rurales.
El enfoque único de "Tapajtilis IKA Tasojtalis" se basa en la prevención, una estrategia poco arraigada en la cultura mexicana en cuanto a la salud se refiere. María del Carmen Aguilar destacó la importancia de comprender las necesidades específicas de cada comunidad, un aspecto facilitado por el hecho de que el equipo es originario de estas áreas, incluyendo Zacatlán, Huehuetla, Cuetzalan, Totomiztlahuaca, Agua Zarca y Cuadrilla Mango.
"Al ser todos provenientes de entornos indígenas y rurales, se nos facilitó el trabajo ya que podíamos generar estrategias que atendieran las necesidades particulares de cada comunidad," comentó Carmen Aguilar.
A pesar de los desafíos, como la transición a formatos virtuales debido a la pandemia, el equipo recibió apoyo de diversas escuelas, organizaciones y personas que contribuyeron a implementar iniciativas y generar un cambio palpable en sus comunidades.
En el 2022, el proyecto enfrentó uno de sus mayores desafíos durante una campaña de desparasitación en la Montaña Alta de Guerrero. El viaje de 11 horas, transbordos, y la travesía con un burro cargado de medicamentos, ilustran el esfuerzo dedicado para llegar a comunidades remotas.
El impacto no se limita a la intervención directa, ya que el equipo busca asegurar que el proyecto trascienda. Actualmente, 25 jóvenes capacitados se han convertido en "promotores de la salud" en sus propias comunidades. Además, se ha diseñado un manual con el respaldo de médicos y psicólogos para respaldar sus esfuerzos.
María del Carmen Aguilar Vargas expresó su deseo de que el proyecto crezca y se replique en más comunidades, destacando la importancia de la difusión a través de redes sociales, campañas de salud y colaboraciones con diversas instituciones.
En un llamado a la acción, Aguilar Vargas invitó a quienes estén interesados en hacer la diferencia con su talento, a no desistir y a enfrentar los miedos y dudas sin temor a equivocarse. "El error más grande es no atreverse," concluyó.
