Las Voces de Ingenierías: Una experiencia personal en la enseñanza de las matemáticas y los simuladores
15/07/2024
Autor: Dr. Prudencio Fidel Pacheco García
Foto: Facultad de Ingenierías Industrial, Logística, Manufactura y Automotriz

Soy físico y desde hace casi 35 años soy docente UPAEP. Inicié asesorando estudiantes de ingeniería química en un proyecto para producir un láser sintonizable de colorantes orgánicos cuyo color cambiaba con la luz emitida. Posteriormente, di clases de física, y me enfoqué a la investigación, y desarrollé un proyecto para la industria durante casi 14 años. Luego me incorporé a los posgrados e impartí cursos de diseño usando CAD e ingeniería de materiales. Pero siempre mantuve en mente la idea de impartir clases de matemáticas.

En 2020, durante la pandemia, apoyé a una familia cuya hija tenía problemas con matemáticas. Al platicar con ella, los problemas se originaban con las multiplicaciones pues le costaba trabajo recordarlas. También, no entendía fracciones. Las multiplicaciones fueron fácilmente superadas con práctica y el apoyo de tablas. Sin embargo, ello no ocurrió con la abstracción numérica y geométrica de las fracciones. Para facilitar lo anterior, encontré un simulador con retos para diferenciar las fracciones, y relacionarlas con su representación numérica. El simulador la felicitaba cada vez que acertaba, y ello la ayudó a abstraer la representación de fracciones y sus operaciones.

Durante la pandemia también empecé a dar clases en matemáticas. Usé las experiencias de la pandemia como base para organizar mi curso de ecuaciones diferenciales ordinarias. Es un curso complicado por la cantidad de herramientas. Por ello tuve incertidumbre sobre el uso de simuladores, que parecía ser mal visto en la academia de matemáticas. Los simuladores como Wolfram son aplicaciones que resuelven mucho de lo que uno les pide a los alumnos en matemáticas. Pedagógicamente uno se cuestiona sobre ¿qué significa aprender? ¿cuánto limitan el aprendizaje los simuladores? Mi experiencia personal sobre su uso estructurado es que acelera el desarrollo nuevas habilidades pues quita la preocupación por los temas del pasado. Así como una pequeña niña puede recuperar conocimiento con un simulador, los estudiantes de licenciatura pueden aprender una ecuación diferencial aun cuando no recuerden el resultado de una derivada o integral. Es decir, en un curso de ecuaciones diferenciales, no debemos olvidar que el objetivo no es integrar o derivar, la intención es resolver relaciones de igualdad donde desconocemos la función que describe el comportamiento de un fenómeno.

Una idea provocadora es utilizar los simuladores para disminuir el tiempo y el estrés que los cursos de matemáticas ocasionan en los estudiantes. Es importante reconocer que las herramientas tecnológicas generan atajos y simplifican procesos. Sin embargo, no hay que olvidar el objetivo para el que se usan. El abuso en el uso de la tecnología también es contraproducente.