Cuando pensamos en la exploración espacial, muchas veces imaginamos astronautas flotando en naves o misiones a Marte. Sin embargo, pocos saben que la tecnología desarrollada para estos viajes ha tenido un impacto directo en nuestra vida cotidiana. Gracias a los avances creados para enfrentar los desafíos del espacio, hoy disfrutamos de herramientas que hacen nuestra vida más segura, cómoda y eficiente.
Uno de los ejemplos más conocidos es el GPS (Sistema de Posicionamiento Global). Esta tecnología, que utilizamos en nuestros teléfonos o en los autos para llegar a cualquier lugar, se originó en el desarrollo de satélites espaciales. El GPS nos ayuda no sólo a orientarnos, sino también en aplicaciones como el rastreo de paquetería, las rutas de transporte público o incluso en el seguimiento de mascotas. Al emplearlo, estamos aplicando directamente los satélites que se encuentran actualmente en órbita.
El desarrollo de materiales resistentes es otro avance de la tecnología espacial que impacta en nuestras vidas. ¿Sabías que las prendas con las que se protege un bombero o el material con el que están hechas algunas raquetas deportivas provienen de investigaciones hechas para descubrir el espacio exterior? Específicamente, al desarrollar trajes espaciales, estos debían ser resistentes al calor y al frío extremos, así como a los impactos. Esta tecnología se adaptó a otros campos, como el diseño de ropa resistente al fuego o materiales ligeros y duraderos que se usan en productos de la vida diaria.
En medicina, la exploración espacial también ha dejado huella. Los termómetros sin contacto, muy populares en la actualidad, especialmente tras la pandemia, tienen su origen en los dispositivos creados para medir la temperatura de las estrellas. Además, muchas cámaras infrarrojas que detectan el calor se desarrollaron inicialmente para el espacio. También, los marcapasos modernos, que ayudan a mantener el ritmo cardíaco, han mejorado gracias a la miniaturización de componentes electrónicos que se utilizaban en las misiones espaciales, con la finalidad de optimizar componentes de dispositivos ya existentes.
Un invento curioso es la espuma viscoelástica, o memory foam. Originalmente, esta espuma fue creada por la NASA para amortiguar los asientos de los astronautas durante el despegue. Hoy en día, la encontramos en colchones, almohadas y hasta en calzado deportivo, brindándonos un mejor descanso y comodidad.
Incluso, algo tan simple como los filtros de agua que usamos en casas y comunidades tienen un origen espacial. Durante las misiones espaciales era esencial purificar el agua para los astronautas por lo que dicha tecnología se adoptó para crear filtros que eliminan bacterias y contaminantes, lo cual asegura que todos tengamos acceso a agua potable de mejor calidad. Por lo anterior, actualmente, este dispositivo es de fácil acceso para cualquier interesado.
Como podemos ver, la carrera espacial no solo trata de llegar a la luna o a otros planetas, sino que también ha mejorado nuestra vida en la Tierra. Los viajes espaciales han impulsado avances en la tecnología que hoy usamos a diario, facilitando el acceso a herramientas que, aunque parezcan comunes, tienen un origen en las estrellas. Así que, cada vez que utilices el GPS, consultes el clima o disfrutes de una buena noche de sueño en tu colchón de memory foam, estarás disfrutando de un pedacito de la tecnología espacial.