Actualmente, la tecnología avanza vertiginosamente. Lo que hoy es actual, mañana ya no lo es. Y si hablamos de los equipos de cómputo, su vida útil va desde un año y medio a no más de dos años, lo que provoca que en nuestra casa y/o en nuestro lugar de trabajo vayamos almacenando cualquier computadora, accesorios, dispositivos periféricos o consumibles que ya no utilicemos. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el tratamiento inadecuado de los desechos computacionales ocasiona riesgos en la salud humana y en el medio ambiente. Se estima que en México se generan entre 150 mil y 180 mil toneladas por año de estos desechos, cifra equivalente a llenar hasta cinco veces el Estadio Azteca. Además, el crecimiento de estos desechos es de alrededor de un 6% anual.
Para entender la gravedad del problema, es importante saber que las computadoras están hechas de metales ferrosos (acero, latón, níquel) en un 27 %, metales no ferrosos (cobre, aluminio, plomo) en un 25.5 %, plásticos en un 24.5 %, vidrio (monitores, LCD) en un 12 %, metales preciosos (oro, platino, plata) en un 1-2 %. Además, el 3% de otros componentes se cataloga como peligroso (Fuente Agencia Ambiental EEUU (EPA)). Profesionales de la salud indican que muchos de los elementos anteriores provocan anemia, incremento en la presión sanguínea, náuseas, vómito, diarrea, perturbaciones en el sistema nervioso, daño en los riñones, afectan los pulmones, abortos espontáneos y hasta cáncer. Así, el sólo hecho de almacenar desechos computacionales en los lugares donde nos desenvolvemos diariamente puede afectar nuestro cuerpo y contaminar el medio ambiente desde el suelo hasta el aire.
El artículo 9 de la Ley General de la Prevención y Gestión Integral de los Residuos establece que la recolección, acopio, almacenamiento, transporte, tratamiento y disposición final de la basura electrónica es responsabilidad de las entidades federativas. Sin embargo, hasta la fecha, no hay convenios con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales para instrumentar la ley anterior. Aunque se está trabajando en una nueva ley para regular el comercio ilegal de desechos electrónicos en la cual trabajan Estados Unidos y México, aún no hay claridad sobre la disposición final de los desechos computacionales.
Particularmente, para aminorar el problema que se avecina, lo que podemos hacer nosotros es: donar el equipo, venderlo, reciclar componentes, y/o buscar una empresa donde nuestros equipos puedan ser útiles. En México existen empresas que reciclan desechos computacionales (Fundación Ret, REMSA, Ecorecikla, etc.); no pierdas más el tiempo y deséchalos de tu alrededor si ya no los utilizas.