Para bien o para mal, no me resultan extrañas la inseguridad relacionada con la elección de una carrera como aquella que surge estando ya en la universidad. Aún más, la incertidumbre durante el primer año me hizo cuestionar mis intereses y mis posibilidades profesionales. Finalmente, y con un cambio de carrera, descubrí que mi lugar se encuentra en la Ingeniería Civil. Reconozco que mi experiencia puede ser poco provechosa para quien encontró su vocación a temprana edad. Sin embargo, espero que la presente reflexión recuerde a los aspirantes a estudiar una ingeniería, y a sus profesionales, la importancia de esta rama en nuestra sociedad, razón que me hizo abandonar mi primera opción de carrera.
Más allá de ser una de varias empresas nobles y necesarias para sostener la vida, ¹ como afirmaba el profesor Keating en La Sociedad de los Poetas Muertos, la Ingeniería es una rama del quehacer humano en donde se ejercitan sus potencias físicas y trascendentes. Sin embargo, cuando observamos una estructura o la implementación de procesos en una empresa, solemos pasar por alto que estos son fruto de la creatividad y la innovación además de que reflejan conciencia y empatía al atender una necesidad. También, ignoramos las técnicas utilizadas para un uso eficiente de materiales y un diseño que cumpla con el propósito establecido. Así, los productos de la Ingeniería representan el ejercicio de muchas facultades humanas; aun cuando se use maquinaria y equipo para lidiar con insumos defectuosos y producir materiales resistentes es una persona quien diseñó las máquinas y controló las condiciones de producción.
Así, el estudio de la Ingeniería es la manifestación de una de las ambiciones más profundas del hombre: la verdad. En su búsqueda, encontramos disciplinas sobre la realidad tal cual es, como lo son las ciencias exactas y naturales, y otras que pretenden entender las estructuras generadas por la evolución de la sociedad, como la economía y la mercadotecnia. Entonces, quizás, la mayor fortaleza de la Ingeniería es situarse en la frontera de las categorías anteriores pues busca en la naturaleza soluciones a problemas que son, de algún modo, artificiales. Es decir, la Ingeniería reconoce, rescata y aprovecha la verdad del universo observable, para mejorar la vida haciendo uso del ingenio. Se trata entonces de un campo que reconcilia la ciencia pues “no tiene nada que ver ni con el aprovechamiento ni con la conveniencia.” ²
Es cierto que la razón ayuda a entender la verdad en cierta medida, razón por la cual los ingenieros son profesionistas que desempeñan su trabajo con precaución. Recuperando a “El ingeniero falible” de New Scientist (1991), “La ingeniería estructural es el arte de modelizar materiales que no comprendemos del todo, en formas que no podemos analizar de un modo preciso, para soportar esfuerzos que no podemos evaluar adecuadamente, de manera que el público en general no tenga razón alguna para sospechar de la amplitud de nuestra ignorancia.” ³
Es natural (incluso necesario) preguntarse por qué uno querría trabajar con incertidumbre cuando otras profesiones poseen conocimientos absolutos y/o métodos estrictos que generan soluciones claras. En personal, considero que lo anterior radica en los problemas que se analizan pues un ingeniero tiene la oportunidad de ser parte del mundo que lo rodea. “Algunos insisten con certeza que la certeza no existe” ⁴ y en ello la Ingeniería significa hacer, pero también hacer mejor.
REFERENCIAS.
- Weir, P. (Director). (1989). Dead Poets Society [Película] (1989). Touchstone Pictures.
- Cross, H. (1971). Los ingenieros y las torres de marfil. MacGraw Hill de México.
- Se encuentra en Rui-Wamba, J. (1998). Aforismos estructurales. Fundación Esteyco.
- Weiss, A. (2012). Fox’s Dream Of The Log Flume [Canción]. En Ten Stories. Independiente.
