En el pasado septiembre, la Escuela de Ingeniería Civil cumplió 49 años de existencia. Desde siempre, su objetivo ha sido impulsar la formación académica y profesional de los ingenieros que han pasado por sus aulas y que desarrollan con espíritu águila su vida ingenieril. Como bien sabemos, la UPAEP también cumplió 49 años de vida hace unos meses, por lo que puede decirse que Ingeniería Civil es una carrera fundadora. Esto le da un carisma especial a la escuela pues desde sus inicios ha tenido retos por vencer. Sin embargo, los maestros y alumnos fundadores lo sabían, y se entregaron a la tarea de cimentar una carrera sólida académicamente, con una visión amplía de apoyo a la sociedad a la que nos debemos.  

El primer gran reto fue la validez de sus estudios. En septiembre de 1974 se estableció la nueva Ley de Educación que le otorgó reconocimiento oficial a la UPAEP (y todas sus carreras) en agosto de 1975. Esto fue un logro importantísimo pues se reconoció la calidad y solidez de la naciente institución. 

La impartición de cátedra representó otro reto. Ello se logró con la figura de maestro solidario gracias a la buena acogida de la universidad por parte de la sociedad y la cooperación de muchos ingenieros. También, varias empresas prestaron sus instalaciones para realizar pruebas de laboratorio, visitas de obra o de campo, un modelo de educación que no se había visto.  

El espíritu de la institución permeó entre estudiantes y profesores. Por ello se realizaron foros de Ingeniería, cursos de educación continua, grupos de apoyo estudiantil y servicio a la comunidad a través del servicio social. Cobijados por la institución, esto impactó de manera positiva a la sociedad, sobre todo, aquélla con escasos recursos. 

Y qué decir del cúmulo de frutos asociado a los alumni de la escuela. Sus casi 600 egresados no sólo se han desarrollado de manera exitosa en el campo profesional, académico y colegial, sino que también continúan apoyando desde su trinchera y de manera solidaria a la sociedad entera. Basta con ver las empresas constructoras que han formado y que da empleo a recién egresados, de su formación académica doctoral que da frutos en el ámbito de la investigación aplicada, ciencia básica y generación de recursos humanos. 

En el ámbito netamente académico, la participación en congresos nacionales e internacionales ha sido un sello de la carrera. La membresía y desempeño directivo en Sociedades y Colegios de Ingenieros forma parte del ser y quehacer de los profesores de la carrera. También, la presencia sin falta de estudiantes en los concursos nacionales de puentes de madera, cilindros de concreto, edificios de madera, bolas de boliche de concreto y en las olimpiadas de Ingeniería Sísmica o de Geotecnia. Esto complementa y fortalece la formación integral de los estudiantes. 

Hay mucho de que sentirnos orgullosos. Desde donde estén, los fundadores deben sentirse orgullosos. Aún hay mucho camino que recorrer, mucho camino en donde dejar huella. ¡Vamos INGENIERÍA CIVIL por muchos años más de vida fructífera! ¡FELICIDADES!