Hace unos días estalló un severo conflicto diplomático entre la República Popular China y los Estados Unidos, debido a que fue descubierto un balón estratosférico chino sobrevolando el territorio estadounidense. El gobierno chino se apresuró a formular dos temerarias afirmaciones: se trataba de un globo de uso civil, inofensivo, para estudiar las condiciones meteorológicas, y, además, este globo se habría apartado de manera no intencional de su ruta planeada originalmente.
Es cierto que muchísimas naciones emplean globos sonda para estudiar los fenómenos climatológicos; generalmente, por acuerdos internacionales, los resultados de estos vuelos se comparten con otros países. Los globos meteorológicos pueden alcanzar una altura de 40 km o más. Casi siempre se trata de globos de un solo uso, pues, debido a la altitud que alcanzan y a la disminución de la presión, acaban por desintegrarse, por lo que los sensores con los que van equipados deben transmitir sus datos en tiempo real y después se pierden junto con el globo. Más allá de los 40 km de altura se utilizan cohetes sonda o, para alturas aún mayores, satélites.
La Fuerza Aérea estadounidense derribó el globo de marras hace unos días, frente a las costas en el Atlántico. Fueron dos las razones por las que se prefirió derribarlo sobre el mar y no sobre tierra firme: una, para evitar que pudiese causar daños a la población civil al caer; y, dos, porque si hubieran caído los restos en tierra, los sensores se habrían destruido seguramente al chocar contra el suelo, por lo que era mejor que cayeran en el agua, al ser más probable que pudiesen ser rescatados quizá relativamente intactos, en aguas poco profundas; estas condiciones serían favorables para que los instrumentos, supuestamente para medir condiciones atmosféricas, según los chinos, pudiesen ser analizados por expertos estadounidenses.
El problema es que los chinos no deseaban que el globo fuese derribado, por lo que comenzó la discusión: ¿A quién pertenecen los restos del globo derribado frente a la costa este de Estados Unidos, que muchos expertos catalogan como un instrumento del espionaje chino? Las dos partes involucradas, EE. UU. y China, están en desacuerdo sobre esta cuestión. "El globo no pertenece a Estados Unidos", dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning. A esto, el director de comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., John Kirby, responde: No sabe nada "de (que haya) planes para devolverlo".
Sin embargo, China aún no ha exigido de manera agresiva que los Estados Unidos entreguen los escombros. Su rescate del mar ha estado en marcha desde el fin de semana después de que un avión de combate F 22 de la Fuerza Aérea derribara el globo en la costa de Carolina del Sur. Ya se tienen algunos datos interesantes: el globo medía alrededor de 61 metros de altura y pesaba tanto como un pequeño avión comercial. El área en el mar en donde cayeron los restos dispersos es de poco menos de dos kilómetros cuadrados. Los investigadores quieren evaluar los dispositivos a bordo, para poder sacar conclusiones de los propósitos chinos. Desde entonces, la Marina de los EE. UU. Ha publicado fotos de los restos del globo y su rescate por personal naval.
Estados Unidos y China siguen en desacuerdo sobre la interpretación oficial del incidente. "No representó una amenaza para ninguna persona ni para la seguridad nacional de Estados Unidos", dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China. Haber derribado el globo fue una "clara sobrerreacción" y Estados Unidos debería abordar este tipo de incidentes "de manera tranquila y profesional", sin violencia. Los funcionarios chinos siguen expresando repetidamente que se trataba de un globo civil destinado a fines de investigación meteorológica y que, contra lo planeado, se había desviado de su ruta original.
Los representantes de los EE. UU. están tratando actualmente de suavizar el tono de los discursos. "No hay razón para que las tensiones en nuestra relación bilateral se conviertan en algún tipo de conflicto", dijo Kirby hace un par de días, repitiendo lo que el Pentágono y actores estadounidenses han estado diciendo durante días: su país había defendido su espacio aéreo, actuando de acuerdo con el derecho internacional. El mismo Presidente Biden también expresó su deseo de que las relaciones bilaterales no se vean afectadas por este problema.
Sin embargo, el incidente ya ha tenido implicaciones diplomáticas: después de que el globo apareciera sobre Estados Unidos la semana pasada, el ministro de Asuntos Exteriores, Antony Blinken, canceló un viaje a Pekín con poca antelación. Habría sido la primera visita de un Secretario de Estado estadounidense a China en más de cuatro años.
De hecho, los globos se han utilizado con diferentes objetivos a lo largo de la historia, particularmente en el ámbito militar, para el espionaje y el reconocimiento. Por ejemplo, en la Guerra de Secesión estadounidense (1861-1865) y en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), se utilizaron globos cautivos para detectar los movimientos de las tropas enemigas.
Los globos de gran altura como el que se derribó sobre los EE. UU. se mueven en la estratósfera, es decir, entre 15 y 50 kilómetros de altitud. Allí no se interponen en el camino de los aviones, que vuelan más bajo. La cubierta de los globos estratosféricos debe ser muy fina y al mismo tiempo resistente, para evitar que se desgarre. Los globos estratosféricos generalmente no están tripulados, pueden viajar cientos de kilómetros en un corto período de tiempo y permanecer en el aire durante muchos días. Son movidos por vientos que soplan en diferentes direcciones dependiendo de su altitud. Los pronósticos de viento se pueden usar para enviar un globo con relativa precisión a objetivos muy específicos; para evitar que se desvíen considerablemente de su ruta planeada, algunos globos estratosféricos están equipados con sistemas de navegación semiautónomos. Sin duda, algo se les salió de control a los chinos.
Dado que pueden lanzarse sin el concurso de cohetes, el uso de globos es significativamente más económico que el de los satélites. Otra ventaja que tienen es que es más fácil tomar fotos de alta resolución y videos de muchísima mejor calidad desde un globo, porque este se mueve más cerca de la superficie terrestre. Además, en el caso de los globos espía, son más difíciles de ser detectados por los sistemas de radar.
Dado que los chinos no habían avisado a ninguna autoridad americana (es decir, ni canadiense ni estadounidense), hasta donde sabemos, de la existencia de un globo estratosférico “civil” dirigiéndose hacia el continente (entró por Canadá), ni dieron la voz de alerta a los Estados Unidos de que habrían perdido el control sobre el tal globo, parece ser que, efectivamente, se trataba de un globo espía. Además, si el globo hubiese sido enviado para investigaciones meteorológicas, Pekín no haría tanta presión para recuperar los sensores, pues estos generalmente se pierden en vuelos científicos civiles normales.
El “Comité de Recepción” del globo chino estuvo a cargo de la Marina de los EE. UU., aguardando en el mar la caída del "globo de investigación" chino a las 14:40 hrs., tiempo local, el sábado 4 de Febrero, con el buque de desembarco anfibio USS Carter Hall, en donde estaban embarcados diversos equipos del FBI y NCIS (Servicio de Investigación Criminal Naval) en el área de impacto esperada, para rescatar los escombros. Tres buques del Servicio de Guardacostas (USCGC Venturous, Richard Snyder, y Nathan B. Bruckenthal) y diversas aeronaves aseguraron el área a unas seis millas náuticas de Myrtle Beach, Carolina del Sur, a corta distancia del lugar de caída, mientras que el crucero USS Philippine Sea y el destructor USS Oscar Austin se encargaron de la vigilancia completa de toda el área. El barco de reconocimiento USNS Pathfinder estaba listo para coordinar y emprender la búsqueda en el fondo de las aguas.
Un equipo de especialistas en artefactos explosivos sacó del agua los restos flotantes de tela, incluidos algunos de los paneles que aún estaban adheridos. Los buzos y los drones submarinos buscaron el resto de las partes de la carga útil técnica, que pesaba alrededor de una tonelada, en aguas relativamente poco profundas, lo que facilitó las maniobras de rescate. Las partes que ya han sido recuperadas están siendo examinadas y evaluadas científicamente para determinar su funcionalidad y sus objetivos verdaderos. Y los chinos deben estar rogando a Santa Mónica, patrona de las causas difíciles, que los gringos no puedan descifrar nada …
Hoy viernes, los Estados Unidos han dado a conocer que un objeto volador que se encontraba sobrevolando el territorio de Alaska, a una altura de unos 12 000 m (y que, por lo tanto, representaba un peligro para la aviación civil), fue derribado por órdenes del Presidente Biden. Hasta el momento de escribir estas líneas, no se sabía nada del origen de dicho objeto.
Dado que al parecer anda volando sobre algún lugar de América Latina al menos un globo más, el “comité de recepción” de los Estados Unidos probablemente estará haciendo su lista de deseos sobre qué sería bueno encontrar en dicho globo que no haya sido hallado en el primero. Y lo recibirán con los brazos abiertos y singular alegría. No todos los días se encuentra uno con tecnología del enemigo que caiga, literalmente, del cielo.