En los últimos años, la gentrificación se ha convertido en un grave problema en algunas ciudades de México. Los grupos nativos han tenido que abandonar sus hogares debido al elevado aumento de los precios en los barrios populares. La principal causa de la gentrificación es la llegada de extranjeros de clase media estadounidenses y europeos; así los propietarios han aprovechado su llegada para modernizar las zonas con el fin de aumentar los alquileres. El derecho a la vivienda se ha dejado de lado, por lo que los propietarios de los edificios pueden seguir obteniendo beneficios.
Hablar de la gentrificación en México es hablar principalmente de la Ciudad de México y de San Miguel de Allende. En ambas ciudades, las comunidades locales han sido desplazadas de sus hogares, pero siendo forzados a ir a trabajar al centro de la ciudad, y teniendo que volver a sus hogares en la periferia (Flores & Guerra, 2016, pág. 183). México se está transformando en un país de ciudades cada vez más caras. En la Ciudad de México, sólo entre 2020 y 2021, los precios de las rentas de departamentos aumentaron un 30 por ciento (Goytia, 2022), y San Miguel de Allende se ha ubicado como una ciudad atractiva para extranjeros de clase media, jubilados y jóvenes artistas.
Por un lado, los residentes del edificio Trevi, un edificio de apartamentos con una cafetería en la planta baja situado en la Ciudad de México, encontraron formas de resistirse a la gentrificación organizando eventos musicales y artísticos en la cafetería del mismo nombre, creando un comité para negociar con el propietario y las empresas interesadas en comprar el edificio con el fin de llegar a un acuerdo en el que los residentes del Trevi pudieran adquirir la propiedad. Por otro lado, la comunidad local de San Miguel de Allende ha experimentado una gentrificación radical, es decir, bares, restaurantes y cantinas gestionados por estadounidenses. Aunque la mayoría de los extranjeros tratan de integrarse a la cultura de la comunidad local, su residencia cambia la dinámica socioeconómica que termina por afectar a los nativos.
Según el Oxford English Dictionary, la gentrificación es el proceso de mejorar una zona de un pueblo o ciudad para que atraiga a personas de una clase social más alta que antes, pero este proceso supone obligar a la comunidad local a trasladarse a los suburbios o a un barrio con menor calidad de vida. En todo este contexto hay dos formas de cómo se produce la gentrificación; la primera es por la llegada de empresas multinacionales como Starbucks o Airbnb que transforman el entorno socioeconómico y sustituyen a los negocios locales. La segunda es la tendencia a teletrabajar o “home office” desde Estados Unidos en México porque es más barato vivir en México con un salario americano; esto significa no la integración a la economía por parte de los extranjeros sino una prueba de la desigualdad existente en el país.
En el caso concreto de la gentrificación en México, la estrategia de aculturación, proceso en el que dos o más culturas interactúan en un mismo espacio, varía según la zona. En San Miguel de Allende, los estadounidenses buscan principalmente integrarse a la comunidad local, traen consigo la intención de contribuir, pero han provocado el desplazamiento y la sustitución de los negocios locales debido a la mayor concentración de capital, recursos y estatus social que poseen los extranjeros. Así, más que generar una verdadera integración, los extranjeros produjeron una separación o marginación de los habitantes de la localidad. En la Ciudad de México, la estrategia ha sido separar a la clase media estadounidense de la clase trabajadora mexicana mediante la apropiación de la zona con la ayuda de los terratenientes.
Los cambios en el paisaje que sufren las zonas gentrificadas son evidentes. Se restauran los edificios para que luzcan más modernos y cuidados, luego se suben los precios y se modifica el ambiente del barrio para hacerlo más amigable a los extranjeros para asimilarlos a las zonas de clase media de sus países, pero con una onda mexicana, por ejemplo, los anuncios y letreros están en inglés. "La responsabilidad no es directamente de los turistas estadounidenses o europeos, pero hay una lógica colonial detrás" (Acuña, 2022). Estas prácticas de venir a trabajar a distancia sin ninguna integración real en la sociedad pueden considerarse una forma de neocolonialismo. Así como hace siglos se construyeron las ciudades pensando que una zona era para los colonizadores y la otra para los colonizados, hemos vuelto a esa práctica donde los extranjeros disfrutan de buenos barrios mientras que la clase trabajadora es la que trabaja en esas zonas, pero no vive en ellas.
El punto 11 del Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU establece hacer que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Una ciudad con estas características debe abogar por el bienestar de todos los sectores, pero fundamentalmente de los sectores populares. Una ciudad inclusiva y segura es aquella que garantiza una calidad de vida digna para sus ciudadanos y trabajadores. Cuestiones como la vivienda digna, los servicios de transporte de calidad, las infraestructuras sostenibles o el mantenimiento de los espacios naturales son objetivos que deben tener las ciudades según el punto 11 de los ODS.
Así, una ciudad que pretenda ser inclusiva y sostenible debe eliminar la gentrificación. El problema de la gentrificación va más allá del aumento de los precios de la vivienda, sino que también involucra otros elementos de las zonas urbanas como el transporte, la infraestructura y los espacios públicos, es decir, los parques o los centros comerciales. "Hasta ahora, ninguna legislación en México busca regular el aumento desproporcionado de los precios de las rentas, mientras que otros países como Holanda sí cuentan con esta regulación" (Goytia, 2022).
La gentrificación no es un problema aislado de otras luchas en el sur global. Si bien la llegada de extranjeros agrava la situación, la raíz del problema está en la tremenda desigualdad existente en esta región del mundo. En otras palabras, la gentrificación se debe a que al haber dos sectores muy desiguales en los que el poder adquisitivo es diferente, los que tienen más capital pueden apoderarse de mejores barrios y adaptarlos a su estilo de vida, mientras que las clases bajas tienen que conformarse con vivir en la periferia.
Resolver el problema de la gentrificación no es sencillo ni fácil, pero creo que hay al menos dos formas generales de frenar el problema: primero, luchar contra la desigualdad, es decir, cerrar la brecha económica tan marcada en México. Segundo, regular la vivienda para garantizar el derecho a la misma a las comunidades locales y nativas.