La situación a un año del inicio de la invasión a Ucrania
02/03/2023
Autor: Dr. Herminio S. de la Barquera y A.
Cargo: Decano de Ciencias Sociales

Hoy se cumple un año de la ilegal y sangrienta invasión rusa a Ucrania. Como ya es de todos conocido, Vladimir Putin esperaba otro tipo de desenlace de su “Operación Militar Especial”, como denomina eufemísticamente a la guerra emprendida contra Ucrania. Lo que él esperaba que se zanjara en menos de una semana con la toma de Kiev y la detención del gobierno nacional ucraniano, se ha alargado y complicado, por lo que ahora el tirano se encuentra más lejos de sus objetivos que hace un año. Ni él ni sus cómplices tienen hoy, 24 de Febrero, nada que celebrar. Putin aspiraba a que esta invasión le asegurara el nombre de “El Grande” en los libros de historia rusos. La “Operación Militar Especial” que debían utilizarse para conquistar al país vecino en una especie de golpe de Estado se convirtió en una costosa guerra en la que el ejército ruso no sólo perdió su aura de invencibilidad, sino que, en muchas ocasiones, hizo el ridículo y, además, ha cometido todo tipo de excelsos y crímenes en contra de la población civil del país invadido. La economía rusa, además, está sufriendo por las sanciones impuestas sobre todo por las potencias occidentales.

También, políticamente, la guerra de agresión de Putin sólo logró lo contrario de lo que él quería lograr: Ucrania se esfuerza, más unida que nunca, por unirse a la Unión Europea y a la OTAN, además de que ha opuesto una férrea y decidida resistencia a la invasión rusa, lo que ha sorprendido a todos. La alianza atlántica, cuando se haya vencido la vergonzosa resistencia de Hungría y Turquía, será reforzada por Suecia y Finlandia. Además, los países eslavos, con Polonia a la cabeza, se alejan de Moscú y se acercan a occidente, en un giro que hace unas décadas hubiera sido impensable. Los aliados occidentales están más unidos de lo que han estado en décadas, mostrándose detrás de Ucrania, a la que están equipando con armas cada vez más poderosas. Las expresiones de solidaridad no cesan.

Nuevamente, solo un puñado de estados no democráticos votaron en contra de condenar la agresión rusa en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Más importante aún, India y China continuaron absteniéndose. Por supuesto, el “plan de paz” chino tampoco es un cheque en blanco para la guerra total de Putin. Beijing una vez más se opone expresamente al uso de armas nucleares e incluso a la sola amenaza de emplearlas. El documento con el que China busca recuperar la paz en Ucrania exige que se respete la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los estados. Esta propuesta debió sorprender y desagradar al Kremlin.

Sin embargo, Beijing no exige la consecuencia lógica de esto, es decir, la retirada de las tropas rusas de Ucrania, con lo que busca no molestar mucho a Putin, máxime que Rusia es un aliado en la lucha con Estados Unidos. China, en esto, necesita mucho a Rusia, porque no tiene muchos aliados en esta confrontación comercial y política. La prioridad indiscutible para el liderazgo chino es estar lo mejor preparado posible para esta rivalidad, que también podría terminar en una guerra, en caso de que se decidan por invadir Taiwán. Sin embargo, a diferencia de Putin, Xi Jinping no creo que esté dispuesto a sacrificarlo todo por su sueño de grandeza personal. Además, si la guerra en Ucrania ha sumido al planeta entero en problemas graves, una invasión a Taiwán sería aún peor, además de que este país se está preparando para una invasión desde hace mucho.

Mientras tanto, en la sede de las naciones Unidas, en este primer aniversario de la guerra de agresión de Rusia, la comunidad mundial envió una clara señal de apoyo a Ucrania: 141 de un total de 193 Estados votaron en la Asamblea General de la ONU el jueves 23 de Febrero por la noche a favor de una resolución que pide la paz en Ucrania y la retirada de las tropas rusas del país. 32 países se abstuvieron, siete votaron en contra. El resultado es muy similar al de octubre de 2022, cuando 143 estados condenaron el ataque ruso. Se han sumado dos votos negativos de países africanos respecto a la votación en ese momento: uno de Eritrea y otro de Malí, que está ampliando continuamente sus relaciones con Moscú. Al igual que en octubre, Rusia, Bielorrusia, Siria, Nicaragua y Corea del Norte también votaron en contra de la resolución contra Rusia. Como mis cuatro fieles y amables lectores podrán advertir fácilmente, ni Rusia ni ninguno de los seis países que la apoyaron se caracterizan por ser regímenes democráticos y respetuosos de los derechos humanos. China, Paquistán, Irán, India, El Salvador, Cuba y Bolivia se abstuvieron, mientras que México votó a favor de la resolución, afortunadamente.

La sexta resolución de la ONU desde el comienzo de la guerra pide una "paz integral, justa y duradera" de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. La condición para esto es garantizar la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Ucrania y, por lo tanto, la retirada de las tropas rusas detrás de las fronteras del país reconocidas internacionalmente. Sin embargo, la resolución no contiene un plan detallado para las negociaciones de paz y se abstiene de atribuir claramente la responsabilidad a Moscú en todos los puntos. Hay buenas razones por las que la resolución está formulada en términos comparativamente muy generales y poco concretos. El objetivo principal en Nueva York era crear la coalición más amplia posible en apoyo de Ucrania para el aniversario y mantener reducido el número de votos de apoyo a Moscú y las abstenciones. En el pasado se ha demostrado que cuanto más claras son las demandas de las resoluciones, menor es la aprobación de la comunidad internacional. 

Mientras tanto, en Rusia se hacen notar los efectos de las sanciones económicas, a pesar de los datos alegres que publica el gobierno ruso, poco creíbles. Así, de los 700 millones de euros que recibía Rusia diariamente por sus exportaciones de petróleo a Europa, la cantidad actual es de menos de 120 millones. Irán, Turquía y China son dos buenos aliados de Rusia cuando se trata de encontrar caminos que den la vuelta a las sanciones o para acceder al mercado negro. A pesar de que la población civil rusa es quien más sufre, las sanciones difícilmente moverán al Kremlin a cambiar su curso bélico. Se estima que los rusos gastaron en 2022 5% menos dinero para alimentos que en 2021, y se calcula que un 35% de la población ha tenido que limitar considerablemente sus gastos en alimentos. Y esto, en medio de una inflación que debe estar mucho más allá del 12% anual.

En cuanto a lo que está ocurriendo en el campo de batalla ucraniano, el experto militar alemán Carlo Masala afirma que una contraofensiva ucraniana podría "definitivamente cambiar el rumbo" de la guerra. Si los ucranianos logran separar el frente sur del frente el este, podría permitirles aumentar la presión sobre Crimea hasta tal punto que Rusia se vea en el peligro de perder la península. "Eso podría hacer que las cosas se muevan en el Kremlin para que alguien que no sea Putin venga a la mesa de negociaciones". Masala, por lo tanto, considera que una contraofensiva es la opción más sensata desde el punto de vista ucraniano, pues eso podría obligar a los rusos a pensar en sentarse a negociar, pero sin tener las ventajas de saberse victoriosos en el campo de batalla.

Masala ha enfatizado frecuentemente la importancia de Crimea para la operación militar rusa en Ucrania: "Si Crimea cayera, eso podría cambiar completamente el cálculo de costo-beneficio de Rusia. Eso podría costarle la cabeza a Putin”. Sin embargo, tras el discurso del martes del presidente ruso Vladimir Putin, en el que culpó a Occidente por la guerra, es muy difícil decir si está pensando dejar una puerta trasera abierta para iniciar negociaciones sin condiciones previas. 

En lo personal, creo que la posibilidad de que Ucrania logre arrojar por la fuerza de las armas hasta al último soldado ruso de su territorio son mínimas. Lo que debe buscar es lograr tal fuerza militar que obligue al Kremlin a buscar las negociaciones bajo condiciones de cierta igualdad militar y de la percepción de debilitamiento ruso. Lo que vemos es que, en un mundo en donde Rusia se enfrenta a Europa y China a Estados Unidos, las perspectivas de un mundo más pacífico a corto plazo se ven, lamentablemente, bastante sombrías.

Sláva Ukrayíni!