El pensamiento cartesiano en la actualidad
23/03/2023
Autor: Arturo Ramírez Juárez
Cargo: Estudiante de la Facultad de Filosofía

Muchas veces nos hemos puesto a pensar sobre la importancia que tienen las cosas, sobre el pensamiento, sobre si lo que palpamos, lo que vemos, lo que oímos es realmente cierto. Lo vemos mucho en las redes sociales, con las famosas fake news, mismas que nos muestran videos, fotos, etc., en donde se exponen puntos de vista sobre algún hecho o suceso que llega a considerarse como cierto sin poner en duda la veracidad del mismo.

En esta situación se encontraba René Descartes, quien vivió en la etapa del Renacimiento, en la cual debido al diferente cambio de pensamiento que se vivía en esa época, puso en duda lo aprendido en la escuela con la que se iba desarrollando. Así empieza su historia, preguntándose ¿cómo sabemos qué es lo que conocemos? ¿Cómo sé lo que sé o lo que creo que sé es verdadero? En consecuencia, en sus diversos escritos busca dar respuesta a estas interrogantes, y por eso mismo empieza a dudar de los sentidos, ya que considera que pueden engañar a las personas, como sucede con las ilusiones o los sueños.

Es por eso que considera que debe ponerlo todo en duda, es decir, empieza a dudar. Y si duda, entonces piensa. Y si piensa, por lo tanto existe. Su pensamiento no se reduce sólo a esta famosa frase, sino que, busca la respuesta de las cosas a través del famoso método cartesiano, en el cual se presenta un cambio de vía reflexiva sobre el examen crítico de las facultades del conocimiento. Buscaba que su método fuera el adecuado para poder llegar a la verdad, a través de demostrarlas en un orden racional y sistemático. Esta se daría por medio de la intuición y la deducción. 

Tenemos que entender a la intuición como aquella concepción que es libre de cualquier duda, en la cual sólo encontramos la razón, mientras que, la deducción va a ser la inferencia que se da a partir de los hechos que son conocidos con certeza. 

Esto me lleva mucho a reflexionar sobre la veracidad de las cosas, sin caer en el escepticismo, ya que, si cayéramos en esta postura, jamás podríamos considerar como válido un concepto o una idea. Sin embargo, considero que, si bien los escépticos no concordaban con Descartes, el propio Descartes asumió al principio una postura escéptica al no considerar como verdadero o válido los pensamientos, las ideas, las teorías, las filosofías que se enseñaban en esa época.

Incluso todas estas formas de pensamiento, se pueden llegar a ver influidas de cierta manera, como Francis Bacon refería, en su Teoría de los Ídolos. Por lo cual, el papel fundamental del filósofo va a ser ese, el de no dar por sentado las cosas, sino que, a través de los argumentos y los métodos que se empleen, poder demostrar la veracidad de sus teorías y, aún así, no quedarnos para siempre con esa teoría, sino que abarcar más y, no dar tan fácil por sentado una postura, ya que, como refiere Walter Lippmann “donde todos piensan igual, nadie piensa mucho”.