¿Qué significa vivir de la imagen? En el mito de la caverna unos prisioneros miran hacia el muro del fondo donde se proyecta todo tipo de imagenes. Platón creía que estas imágenes eran sombras o reflejos de algo ontológicamente superior. Pero quienes percibían estas imágenes no se preguntaban quién las proyectaba, porque, a juicio de Platón, creían que ellas eran la realidad. Es decir, creían, por ejemplo, que la imagen de un caballo era el caballo o que la imagen de un ave era el ave.
¿Por qué identificaban las imágenes con la realidad? Aquí pueden encontrarse por lo menos dos niveles de problemas: 1) la creencia y 2) la representación. En el plano de la creencia (1), tenemos que preguntar cómo han llegado estos prisioneros a creer que las imágenes son la realidad. Primero porque las ven y, además, porque confían demasiado en sus sentidos –como de hecho suele ocurrir en la vida cotidiana de cada uno de nosotros–. ¿En qué consiste esta creencia? En creer que aquello que se ve es y existe realmente como se ve o aparece.
En un nivel muy básico podemos decir que esta es la creencia que nos mueve a las personas en nuestra vida cotidiana. Algunos han llegado a creer que se trata de una actitud ingenua y hasta inocente, pero por ello mismo problemática. El problema está justamente en que no podemos creer y confiar en todo lo que vemos, porque cabe la posibilidad de que incurramos en un engaño. Tendremos que volver sobre ello más adelante.
El segundo nivel del problema (2) es el de la representación. ¿En qué consiste? Resumámoslo diciendo que se trata de una confusión u olvido. Nuestra atención se centra tanto en la imagen o en la representación del mundo, que terminamos olvidándonos que se trata justamente sólo de eso, de una imagen o representación. Lo que resulta problemático es hacer equivalentes la imagen y la realidad y en, por decirlo así, quedarse atrapado en la contemplación de la imagen sin alcanzar a ver más allá de ella. Más aún, lo problemático sería, que esa anamnesis no permita preguntarse si lo que vemos proyectado en el muro de la caverna coincide o no con las cosas realmente.