La propuesta de los Libros de Texto Gratuitos (LTG) parte de la idea que el docente, al realizar el ejercicio de co-diseño, puede planificar, de forma ampliada, la proposición curricular que esté acorde con las realidades contextuales del lugar donde realiza su práctica. Si bien, esta idea no es novedosa, es notable la visibilidad que la Nueva Escuela Mexicana (NEM) le ha dado. Una enseñanza situada es una condición importante para el acceso a conocimientos significativos. Por lo que, en el diseño y elaboración de los LTG, es de reconocer el valor que tiene el que profesores de diversas entidades federativas hayan participado y propuesto actividades igualmente cercanas a lo que se vive en las escuelas mexicanas. No obstante, la cuestión no solo radica en la proximidad de las experiencias, actividades y estrategias vividas en las aulas, también es importante la precisión, claridad, congruencia que debe ser cuidada en todo momento para que esa significatividad pueda hacerse realidad. Tomando en cuenta que, en muchos contextos, los LTG serán los únicos materiales que tengan los estudiantes en casa y que compartan con sus familias, es imperante que se correspondan con lo que cognitivamente conviene. En este sentido, hace falta una revisión de algunos materiales que parecen no corresponder, en lenguaje, complejidad y progresión de contenidos, con lo que se espera que un estudiante de determinada edad pueda realizar. Aquí el diálogo con especialistas se hace necesario e importante, pues enriquece los materiales y permite una mejora en su calidad. La idea no es que solo los especialistas “saben” del tema, más bien que el proceso debe ser dialógico, por lo que debemos reconocer que todos podemos aportar.
La importancia de lo anterior se ha mostrado en las erratas que varios materiales presentan. Es de señalar que, en la historia de los LTG, se han dado errores, sin embargo, en algunos casos, serán los únicos materiales impresos a los que tengan acceso familias enteras, por lo que su calidad no puede relativizarse; debe ser garantizada y no se puede diluir el derecho al acceso a la información a los demás materiales que los profesores pueden adquirir o que los padres pueden tener. Reiteramos, es una cuestión de justicia. Invitamos a las autoridades a realizar las correcciones pertinentes y entregar a profesores y estudiantes, materiales dignos de la labor que realizan día a día.
Los LTG, en su devenir, siempre han estado en disputa cuando de temas de sexualidad se refiere. Esta no es la primera vez que hay inconformidad por el contenido y la forma de abordarlo. En este sentido, es importante aprender del pasado y proponer un abordaje que permita informar y formar a la niñez y juventud sobre el tema. Para muchos padres de familia, la cuestión es un asunto privado, pues señalan que son ellos quienes deben decidir sobre cuándo y cómo abordar esos temas. Sin embargo, en México es una realidad que no todas las familias se sientan a dialogar con sus hijos, lo que facilita que se busque información en otras fuentes, muchas de ellas escasamente confiables. En este sentido, desde hace décadas, la educación sexual ha estado en las propuestas curriculares, pues permite el acercamiento a la temática, basada en información confiable y científica. Es desde esta idea donde es importante el cuidado de las expresiones, de las actividades, de las perspectivas que son colocadas en los materiales. En algunos casos presentados en la LTG, la información puede ser mal interpretada e incluso confusa, sobre todo, cuando tampoco es claro cómo se ha formado a los profesores en el tema y éstos tampoco han podido dialogar con las familias sobre las formas en que serán abordados. Creemos que una educación sexual debe estar presente, pero también con información que permita a los estudiantes hacerse una idea clara sobre el tema y, a partir de ello, tomar decisiones. En este sentido, es importante el trabajo cercano con los padres de familia y la revisión de los materiales por parte de los profesores para poder tomar acciones que posibiliten una formación integral en los estudiantes.
En este sentido, está lo concerniente al uso correcto del lenguaje. Creemos que es importante que una educación le brinde al estudiante las formas en que nos podemos expresar. Ello requiere, en un primer momento, que todos aprendan cuál es su uso correcto. Cómo podemos expresarnos de manera que podamos comunicar con precisión nuestras ideas. Aquí radica el énfasis comunicativo y funcional que ha tenido la asignatura de Español. Sabemos que, alrededor de esta norma, hay otros usos y expresiones que pueden ser utilizadas en determinados contextos. Sin embargo, es importante que exista claridad de la finalidad, propósito, situación en la que puede usarse o no. En este sentido, solicitamos que se revisen los textos y se precise el por qué, con qué fin, se usa cierta forma de escritura y, sobre todo, se diferencia entre lo que tiene un sentido político, de visibilización de exclusiones y discriminaciones estructurales, de la forma, hasta ahora, correcta y válida de escribir y expresarnos.