Vive una Navidad con estilo UPAEP
15/12/2023
Autor: Elizabeth Paredes Guevara
Cargo: Jefa de Vida Universitaria

A estas horas de la madrugada, mientras el resto del mundo duerme en silencio, me encuentro aquí, con la penumbra como única compañía y el eco de mis pensamientos resonando en cada rincón de mi mente. Las manecillas del reloj avanzan sigilosamente, pero hay algo urgente que quiero compartir contigo en este preciso instante.

En este silencio nocturno, cuando la vida se ralentiza y los susurros de la noche se vuelven más perceptibles, las palabras parecen fluir con una sinceridad única. A través de esta carta escrita a las 3 a.m., deseo plasmar mis pensamientos más profundos, expresar mis emociones sin filtros y, sobre todo, conectarme contigo de una manera especial, como solo la calma de la noche puede permitir.

Espero que estas líneas, tejidas con el hilo del amor y preocupación de una madre, lleguen a tu corazón y encuentren eco en tu alma, incluso en medio de la oscuridad y el silencio que nos envuelve en este momento.

¿Has sido consciente de la trascendencia de tu papel como formador en la configuración de las futuras decisiones y contribuciones de tus estudiantes a la sociedad? ¿Has pensado en cómo influyen tus acciones y enseñanzas en la formación no solo de conocimientos, sino también de valores y perspectivas en tus estudiantes?

Hoy me dirijo a ti con un llamado profundo, una exhortación que va más allá de las tareas diarias y las metas a corto plazo. Estamos aquí no sólo para liderar, sino para formar, inspirar y dejar una huella significativa en la vida de aquellos que tenemos a nuestro cargo, ya sean colaboradores o nuestros propios estudiantes.

En este viaje, recordemos siempre que el liderazgo se aprende más a través del ejemplo que a través de teorías. No basta con palabras grandilocuentes; debemos encarnar los valores que queremos ver en los demás. Seamos líderes que guían con acciones, demostrando integridad, empatía y resiliencia en cada paso que damos.

No olvidemos que liderar no se trata simplemente de acumular seguidores, sino de cultivar el pensamiento crítico en cada persona bajo nuestra responsabilidad. Formar implica establecer límites, saber decir "no" cuando es necesario, no por capricho, sino por principios fundamentados. Seamos líderes que desafían a su equipo a pensar por sí mismos, a cuestionar y a crecer en el proceso.

La congruencia debe ser nuestra brújula; la congruencia en la educación no solo es una herramienta para enseñar conceptos y habilidades, sino también para inculcar valores que perdurarán en la vida de los estudiantes y, eventualmente, en sus roles como líderes transformadores en la sociedad. En un sentido más práctico, si en el discurso educativo se promueve la importancia de la puntualidad, los educadores y líderes deberíamos ser ejemplos de puntualidad, llegando a tiempo a nuestras clases y reuniones. Si se enseña la importancia de la honestidad, la evaluación y calificación de los estudiantes debe reflejar la objetividad y la imparcialidad, evitando favoritismos y asegurando una evaluación justa. Si se predica la innovación en la enseñanza, los educadores deberíamos incorporar métodos de enseñanza creativos y actualizados en nuestra práctica diaria. Esto puede incluir el uso de tecnologías emergentes, proyectos prácticos y enfoques pedagógicos modernos. Si se anima a los estudiantes a buscar el aprendizaje continuo, los educadores también deberíamos comprometernos con nuestro propio desarrollo profesional. Participar en cursos, talleres y mantenerse actualizados en las últimas tendencias educativas refuerza el mensaje de la importancia del aprendizaje a lo largo de la vida. Si se promueve entre los estudiantes la habilidad de encontrarse con el otro, deberíamos practicar la paciencia y el respeto por los demás. Este principio se refleja en situaciones cotidianas, como esperar en la fila para entrar a un lugar. Mostrar la disposición a aguardar pacientemente, incluso cuando la fila es extensa, es un acto de cortesía que ilustra la importancia de considerar a los demás y de construir relaciones basadas en la paciencia y la convivencia armoniosa.

En nuestras manos yace la responsabilidad de moldear el futuro. Los individuos que formamos hoy serán los políticos, empresarios y padres de familia que guiarán nuestra sociedad en los próximos cinco años. Preguntémonos constantemente: ¿Qué tipo de personas estamos forjando?

Acompañar a nuestros estudiantes no es solo un trabajo, es un regalo. Un regalo que conlleva una gran responsabilidad. Formémonos continuamente para ser guías sabios, capaces de generar criterios que inspiren y motiven. Seamos creativos en nuestra forma de liderar, innovadores pero siempre pertinentes en nuestra aproximación.

Nadie tiene el cielo ganado; debemos trabajar incansablemente para dejar una huella perdurable en la tierra y resonar en la eternidad. Recordemos que nuestra influencia trasciende más allá de las métricas y los informes semestrales; estamos formando el futuro, dejemos que sea un legado de impacto y excelencia.

Quisiera terminar estas líneas, expresando mi profundo agradecimiento por el esfuerzo y el empeño que cada uno de ustedes dedica a la noble tarea de formar a las mentes y corazones de nuestros estudiantes en la comunidad UPAEP. Saber que estamos comprometidos en una vocación que va más allá de las horas de trabajo convencionales me llena de admiración y gratitud.

Cada palabra, cada gesto, y cada lección compartida se convierte en una semilla que germina en el corazón y la mente de quienes estamos formando. Agradezco sinceramente su dedicación, su paciencia y su capacidad para inspirar y motivar a los demás, no solo con palabras, sino con acciones que hablan más fuerte que cualquier discurso.

En esta Navidad, aprovechemos la oportunidad de sumergirnos en una reflexión profunda y regresar a lo verdaderamente fundamental. Más allá de las luces brillantes y los regalos, tomemos un momento para apreciar las conexiones humanas, la empatía y el amor que nos une. Que esta temporada sea una pausa en la vorágine cotidiana, una ocasión para reconectar con lo esencial y valorar las cosas simples que dan significado a nuestras vidas. En medio de la celebración, recordemos que la esencia de la Navidad reside en la generosidad, la compasión y el espíritu de compartir con aquellos que nos rodean.

Sigamos adelante con determinación, cohesión y el compromiso de ser líderes que inspiran, forman y trascienden.