"México siempre fiel"
31/01/2024
Autor: Cecilia Guadalupe Rivera Alanis
Cargo: Profesora de Fomrmación Humanista

A 45 años de la primera visita de un Papa a México hoy queremos seguir diciendo: México siempre fiel. Era un acontecimiento extraordinario que un Papa viajara a México, nunca había pasado. En su visita a Puebla las vallas humanas eran enormes, se habla de 16 kilómetros.  Se formó una valla también en la carretera. En el frio de enero, familias enteras estuvieron dispuestas a pasar la noche en la carretera para ver pasar, al día siguiente, el automóvil en el que viajaba el Papa, quien al ver tanta gente se asomaba, bendiciendo. Huella imborrable para un pueblo que reconocía en su Santidad Juan Pablo II al Vicario de Cristo.

Desde entonces México ha sido bendecido con más visitas papales, otras 4 de San Juan Pablo II, una de Su Santidad Benedicto XVI y la del Papa Francisco en el 2016.

Ahora que recientemente hemos celebrado la Navidad, quisiera comparar la estrella de Belén con la guía que nos ofrece el Papa. Nos sirve de orientación segura, es la brújula que marca el camino.

Gran importancia tuvo la estrella que guiaba a los Magos de oriente. Al verla, Los Magos se ponen en camino, llegan a contemplar a Dios hecho hombre y le adoran. “Adorar no es perder el tiempo, sino darle sentido al tiempo”[1]. Los Magos “tienen los ojos fijos en el cielo, pero los pies sobre la tierra y el corazón postrado en adoración”[2].

Elevan sus ojos, imbuidos por la nostalgia de lo infinito, la mirada levantada permite mirar la realidad desde arriba, los pies se ponen en camino, y descubren a Dios, que más se nos manifiesta cuanto más hondo se esconde… incluso en el rostro de quienes nos cruzamos cada día, y están necesitados.[3] Postrados vieron la luz de Dios por nube humana y le ofrecieron sus dones.

Descubierta la estrella su vida no quedó igual, porque se dejaron guiar, encontraron, se postraron y adoraron. Ahora que han pasado ya las fiestas de Navidad, y que con el nuevo año hacemos nuevos propósitos, podemos revisar si nos dejamos orientar por la guía del Vicario de Cristo sobre la tierra.

El amor de Dios sostiene al hombre, la luz de su Palabra es guía segura. En nuestra búsqueda de Dios[4] y de su voluntad no estamos solos, contamos con la Iglesia que Cristo nos dejó. En los sacramentos, particularmente en la Eucaristía podemos literalmente tocarlo. Contamos también con la Revelación, en la que “Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el designio sapientísimo de Dios, están entrelazados y unidos de tal forma que no tiene consistencia el uno sin el otro”[5]

Una estrella guiaba a los magos, brillaba en la noche e iluminaba el camino. Nosotros tenemos un faro que nos orienta siempre: El Papa. Quién, en su Magisterio ordinario[1], en las decisiones de gobierno pastoral de la Iglesia, en toda su labor como nuestro pastor, tiene la asistencia especial del Espíritu Santo para guiar y pastorear a toda la Iglesia universal que se le ha confiado.

Hoy como hace 45 años, que vino por primera vez Juan Pablo II a México, con agradecimiento a Dios por los magníficos Papas que nos ha dado, y con filial cariño a nuestro Papa actual, Francisco, queremos decir al Papa: México siempre fiel.

 

[1] A esta enseñanza ordinaria, los fieles deben "adherirse con espíritu de obediencia religiosa" (LG 25)

[1] P. Francisco, Angelus 6 de enero de 2024. Y continúa: Es encontrar el rumbo de la vida en la sencillez de un silencio que alimenta el corazón.

[2] P. Francisco, Homilía 6 de enero de 2024.

[3] Cf. Idem.

[4] Dios se acerca al hombre, quiere que lo busque y lo encuentre, quiere poner su morada entre nosotros, por eso por el bautismo nos hace hijos suyos, “se hace íntimo a nosotros y ya no se va”. ( P Francisco, Angelus 7 de enero de 2024.)

[5] DV 10