Hoy en TUHISTORIA UPAEP viajamos al nacimiento de la cristiandad occidental medieval. Tras la muerte de Teodosio I, el 17 de enero de 395 d.C., el Imperio Romano se divide definitivamente en: el Imperio Oriental, con capital en Constantinopla (antes conocida como Bizancio) teniendo a Arcadio como emperador; y el Imperio Occidental con Roma como centro y Honorio como emperador.
Pareció que la Iglesia se debatía entre una hegemonía del Imperio de Bizancio de herencia grecorromana, y una hegemonía de un pensamiento del occidente romano-germánico en transformación. Del año 715 al año 1000 existieron tres grandes procesos: un crecimiento europeo que puso fin a las estructuras de la antigüedad, un Imperio Carolingio basado en una cristiandad latina y un nuevo frente de conflicto entre el Islam y la Fe Católica que se prolongará en territorio de la Península Ibérica hasta 1492.
Tras la muerte de Carlos Martel y la lucha por la sucesión, se produjo un reparto del regnum francorum donde triunfó su hijo Carlomán, prontamente llamado «el Magno», esto es, Carlomagno. El día de Navidad del año 800, en la Misa de Gallo (Misa Vespertina de la Vigilia de Navidad), el Papa León III impuso la corona a Carlomagno.
Las segundas invasiones de los denominados bárbaros se centraron ahora desde los vikingos, húngaros y sarracenos que asolaron Europa. Pero había algo mucho más poderoso que el poder de las armas, el poder de la Fe. Las luchas periféricas se repartieron por: el Reino de Wessex, Alfredo «el Grande» (871-900) frente a los vikingos; por el Reino de Asturias, desde Pelayo - Alfonso II (792-842), contra los musulmanes; por las expansiones vikingas (noruegos, daneses, suecos…) hasta el 930; por las expansiones húngaras desde Panonia (895-955) contra Germania, Italia y Francia; por la piratería sarracena por islas y costas del mediterráneo hasta el 972… Nada nuevo bajo el sol, un mundo en conflicto.
Cuando la fragmentación política, la caída de la actividad económica y el debilitamiento de poderes con signos de continuidad asoló el entorno mediterráneo existió una fuente de salvación: la consolidación de la cristiandad latina.
García de Cortázar expresó: "Durante tres siglos, sobre la base de un crecimiento, nacieron o cristalizaron en él (en Europa) la mayor parte de los rasgos, imágenes y tópicos atribuidos al mundo de la Edad Media, algunos de los cuales constituyen verdaderos fundamentos de nuestra civilización". El Verbo y el Aliento de la Europa Medieval tuvo a la cristiandad como espíritu de progreso. La cultura bíblica humanista; autores como Boecio, Casiodoro, Isidoro de Sevilla, Gregorio Magno y Beda el Venerable; los scriptoria de las escuelas monásticas o catedralicias; el Trivium y el Quadrivium (que nunca dejaron de lado las Paideias griegas y la Humanitas romana) … no trajeron la mal llamada segunda era oscura tras la Homérica, (que tampoco lo fue) sino que trajeron el surgimiento de las bases culturales y morales de la naciente Europa a la luz de la Fe Católica.
Es cierto que no podemos llamar como perfecta a la sociedad feudal como seguramente nos juzgarán en siglos posteriores sobre la perfección o no de nuestras sociedades del siglo XXI. Pero lo más destacado en estos siglos no fue la Fidelis Regis donde el rey entregaba por beneficium un stipendium (armas, honores, tierras…) a cambio de la fidelitas. No fue el acto del homenaje feudal ni las obligaciones ante su rey (auxilium y consilium) el mayor símbolo de este periodo medieval. En una sociedad de bellatores, oratores y laboratores, el valor de la Fe, la primacía moral y la búsqueda de la Verdad se encontraron en el conocido Ora et labora (ora y trabaja).
¿Y qué maravilla mundial surgió en la Europa medieval cristiana? Surgió la Universitas. El máximo rango de conocimiento mundial a fecha de hoy surgió con el auspicio de las monarquías católicas y el papado. Desde lo que podríamos llamar como pedagogía paleocristiana, pasando por la Patrística y el inicio de la Escolástica se crearon las escuelas monacales y los Studium generale. A continuación, como la reunión de todos los alumnos y todos los maestros, junto a la unidad de todos los saberes, se creará la Universidad. En 1088 se fundó la Universidad de Bolonia como Universitas Scholarium. La Universidad de Salamanca fue fundada en 1218.
Y con los ojos cristalinos, con toda la ilusión de quien sigue teniendo una juvenil ansia de conocimiento, mi estimado Carlos Castro sigue emocionándose cuando hablamos de estos siglos en donde la búsqueda de la Belleza, la Verdad y el Bien dentro de la Libertad conformó desde entonces una causalidad que ha llegado a nosotros de manera honorable y altamente significativa en nuestra querida Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. Dentro de nuestra identidad católica, con la experiencia del surgimiento de la Universitas, con el humanismo de la Universidad de Salamanca, con la llegada de la Universidad a América y el Neorenacimiento que estamos iniciando en nuestro presente… solo podemos deconstruir el intento de deconstrucción que durante 500 años ha tratado de eclipsar estos logros universales católicos de los que somos herederos, custodios, defensores y potenciadores.
Seguimos la lucha. Para finalizar no debo sino usar en este caso una fórmula combinada que sigue teniendo plena vinculación universitaria y manteniendo toda su potencia: Veni Creator Spiiritus, Mentes tuorum visita… Gaudeamus igitur.
