Quizás por el estrés de la vida cotidiana, los hombres y mujeres hemos dejado de cuidar los recursos no verbales como los tonos voz con lo que nos expresamos al grado de llegar a ser hasta agresivos en los contextos donde nos desarrollamos, por lo que es momento de “comunicarnos asertivamente”, es decir, externar ideas, hechos o acontecimientos que sean caracterizados por el respeto a quien emite y a quien recibe el mensaje. Este tipo de comunicación usa significados en común para expresar lo que se piensa o siente lo más claramente posible y con la disposición de escuchar el punto de vista de otros a través de respuestas activas.

Este tipo de comunicación, impulsa a los actores sociales a un actuar socialmente responsable desarrollando y llevando a la práctica buenas relaciones frente a los diferentes ecosistemas de los que se aprende y extrae a diario, favoreciendo así el conocimiento.

Las personas que ponen en práctica la comunicación asertiva, pueden provocar el ser tratados de manera justa, apegada a los valores, por lo que es necesario expresar de forma precisa lo que se quiere o necesita del otro o de los otros, sin dejar de lado el uso de buenos argumentos y así romper con la costumbre de comunicarnos a partir solo de emociones temporales que pueden agudizar malos entendidos o hasta problemas.

La sugerencia es que las personas nos comuniquemos de manera clara, transparente y honesta con la intención de mejorar o apoyar positivamente nuestra imagen frente a otros, provocar siempre el respeto a través del diálogo, no solo oír, sino saber escuchar, negociar y mediar. Lo anterior sin importar quiénes sean las personas porque el derecho debe ser compartido: él y yo tenemos derecho, porque debemos provocar la negociación y quizás preguntar cómo podríamos lograrlo… provoquemos una relación positiva que resuelva cualquier situación, hay que provocar el control emocional a través del respeto.

El desarrollo de habilidades de comunicación asertiva favorecerá que los mensajes puedan ser transmitidos y recibidos de manera exitosa acordes a las necesidades de los actores que están en el diálogo con el pensamiento, centrado en que las personas pasamos por muchas situaciones y no siempre estamos dispuestas a escuchar y que quizás hay que provocarla. 

La educación y formación es diferente y a las palabras no siempre les damos el mismo sentido. Los invito a abrir canales de comunicación asertiva que brinden seguridad y confianza en el que haya un diálogo con respeto, sin que se lastimen los sentimientos de las personas y donde los mensajes tengan contenidos claros que vayan más allá de los posibles estados de ánimo no positivos.