Más de cuatro décadas han transcurrido desde el día en que nos diste la bienvenida y, como buen anfitrión, nos dijiste “esta es su casa”; y sabes, Mario, te tomamos la palabra porque desde ese primer día se convirtió en nuestra casa, en nuestra alma mater.
Espero no molestarlos con esta manera de referirme a Don Mario Iglesias García Teruel, pero tuve esa oportunidad de poderlo tratar de manera cercana, me permitió charlar con él como estudiante, luego como profesionista, e incluso llegamos a tener largas charlas como aficionados apasionados por el deporte.
Hoy, muchos recuerdos llegan a nuestra mente; jóvenes que llegábamos con tanta incertidumbre, emoción y demasiados nervios por iniciar la aventura en la escuela de Ciencias de Comunicación (CICOM).
Cuando iniciábamos, algunos tuvimos la suerte de toparnos con Mario en los pasillos, sobre todo al subir a los salones del entonces edificio A, donde estaba la rectoría; era un tipo alto, vestido con traje oscuro, con una gran sonrisa y con su inseparable puro. Nos identificaba porque éramos la nueva licenciatura, y la verdad fuimos muy gritones en nuestra llegada —Cine, Radio y Televisión arriba, arriba Comunicación,— yo creo que nos miraba y decía, “están empezando y ya están de escandalosos,” creo se imaginaba que llenaríamos los medios de comunicación e información, por que muchos fundadores de la CICOM, ocuparon rápidamente micrófonos, cámaras, grabadoras y máquinas de escribir en los medios electrónicos e impresos de Puebla.
Cómo no recordar e identificar a Mario, en las gradas apoyando y levantando la mano para alzar la voz con el “Alerombo, alerombo” o emocionarnos y apasionarnos por nuestro rojo y blanco de futbol, el de basquetbol y, en lo personal, cuando nos apoyó en el Campeonato Nacional de Atletismo del cual entregamos medallas de oro para la Uni, y en el futbol de Salón; cuando perdimos la final contra la UVM, sus palabras fueron “bien flaco, gracias por tu esfuerzo”, en ese momento el Orgullo de SER ÁGUILA nos puso de pie nuevamente.
Seguramente esta primera generación recordará cuando Mario nos visitó en el stand de la Feria de Puebla, habíamos traído la exposición fotográfica del futbol Mexicano, ¡que locura fue aquello!, rolar turnos para cuidar, estar pendientes de las fotografías, y cuando llegó el Rector, se nos llenó el pequeño lugar. Era todo un caos. Cómo no recordar a Lalo Garzón, que también estaba ahí apoyándonos y organizándonos, quisiera decir, que desmadre fue ese día, pero me quedaría corto con mi comentario porque realmente fue un verdadero des…garriate, pero nos divertimos.
Dicen, y dicen bien, que recordar es volver a vivir, y siguen llegando detalles que Mario tuvo hacia nuestra generación, cuando se montó aquel estudio de televisión con todo el equipo que donó TELEVISA Puebla, que no servía más que para museo, pero debemos reconocer que por lo menos nos tomó en cuenta. Hubo un detalle con Mario, recuerdo que un día lo encontré en las escaleras y le dije que por qué no nos dejaban grabar los partidos del equipo profesional de futbol de la Uni; me tomó la palabra y apoyó que lleváramos el equipo al Estadio Zaragoza para grabar. A partir de ahí, nos apoyó para grabar no solo futbol, sino que también grabamos el basquetbol de la Liga Mexicana.
Cómo no agradecerte, Mario, por todo tu apoyo a nuestra primera generación de comunicadores, de la cual sé que estabas orgulloso, por que un día lo platicamos en tu oficina, tú con tu puro en la mano y yo sosteniendo un micrófono durante una entrevista por los quince años de la universidad.
Mario dejaste una gran huella en todos los que te conocimos, que tuvimos la oportunidad de gritar ¡UPAEP, UPAEP, UPAEP es el Mejor!
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS MARIO, DIOS TE BENDIGA
Rosario Angulo, Luz Ma. Bautista, Lore Bojalil, Edith Cid, Adolfo Flores, Myrna Chávez, Virgilio Cuétara, Ana Cris Gómez, Gus Talavera, Noe Castillo, Ana Lilia Flores, Ana Lilia Rojas, Martha Reyes, Pili Sigüenza, Mayela Quintana, Alejandra Ponce, Lupita Armenta, Lupita Zanatta, Velia Rodríguez, Laura García, Marisa Sánchez, Oliva Morales, Berenice Quiroz, Eduardo Garzón y Jorge Gámez