En su discurso de respuesta al Informe del Rector, Juan José Rodríguez Posada, Presidente de la Junta de Gobierno de UPAEP, abordó con profundidad la preocupación por la creciente masificación de la sociedad, resaltando el papel crucial que juega la universidad en la formación de individuos críticos y comprometidos con su libertad. Rodríguez Posada subrayó que, en un mundo cada vez más despersonalizado, la UPAEP se mantiene firme en su misión de fomentar el pensamiento crítico, la ética y el respeto a la individualidad, desafiando las corrientes culturales que promueven el conformismo.
Aquí presentamos el discruso íntegro del Presidente de la Junta de Gobierno
Distinguidas autoridades civiles, militares, eclesiásticas y académicas que nos acompañan; queridos profesores y alumnos, estimados colaboradores de todos los niveles. Agradezco su presencia en el Informe que el doctor Emilio José Baños Ardavín ha presentado a la Junta de Gobierno y a la sociedad poblana por el período 2023-2024.
En nombre de la Junta de Gobierno y en el mío propio, reciba señor Rector nuestra felicitación y reconocimiento por la labor realizada, pidiéndole que le haga extensivo este agradecimiento a todas las personas que conforman nuestra universidad.
Cuando preparaba estas líneas sentí la necesidad de compartir mi preocupación por un fenómeno social que existe: la creciente masificación de la sociedad. Seguramente ustedes también comparten esta preocupación. ¿A qué me refiero específicamente con masificación? A que la sociedad, en su conjunto, se caracteriza por estar cayendo en una falta de reflexión crítica, cayendo en un conformismo y en una tendencia a seguir las corrientes culturales dominantes sin cuestionarlas.
¿Cuáles son estas corrientes? Las que insistentemente transmiten los influencers, las que se reproducen miles de veces en el TikTok, las de consumir tal o cual cosa, las de comportarse así o asá; las de pensar sin salirse del redil, de lo políticamente correcto. Nos estamos volviendo una masa uniforme, sin criterio, consumidora obediente de cuantas ideas nos proponen en el incesante bombardeo mediático al que nos enfrentamos todos los días.
Pero esta manifestación no busca solamente generar en los jóvenes engranes para el consumo, tristemente también les despoja de su individualidad, de su arraigo a su historia y a su suelo; les desencanta de formar una pareja y tener hijos, les roba la esperanza sobre las posibilidades de un México democrático; les adormece las ganas de trabajar, de progresar, de emprender, de conseguir el pan con sudor y con satisfacción.
Las masas no piensan, las masas son dóciles y obedientes, y son -por lo mismo- altamente vulnerables. En este sentido, masa no equivale a pueblo, sino que significa su destrucción; un pueblo, si está arraigado a una historia, lucha por su libertad, lucha esperanzadamente por el futuro, por eso, cuando un pueblo se vuelve masa pierde su identidad y su vocación.
Sin embargo, frente al fenómeno de la masificación se alza una institución extraordinaria, la universidad. En efecto, en la universidad un ser humano aprende a ser crítico y reflexivo, a elegir un plan y proyecto de vida, a asumir con más convicción los valores que le fueron inculcados en su familia, adquirir una profesión que ha de ser ejercida éticamente.
El informe que nos acaba de brindar el doctor Emilio Baños da cuenta de todos los esfuerzos de la comunidad para conseguir lo anterior.
En ésta, una era caracterizada por la despersonalización de las universidades, en la universidad se experimenta el ser tratado como persona; en una era llena de relativismo, en la universidad se fortalece las condiciones; en una era tan de división y polarización social, en la universidad se aprende el arte de diálogo y de encuentro; en una era llena de apatía, en la universidad uno entiende el sano espíritu de lucha e intensificar la justicia. En una universidad, en síntesis, uno conquista su libertad y con ella la responsabilidad; uno aprende a respetar otras libertades y alza la voz en este proyecto cultural que intenta avanzar.
Esta Universidad, queridos amigos, surgió de la lucha por recuperar la libertad; frente a otras corrientes culturales nosotros nos proponemos dar a la sociedad corrientes de pensamiento que la transforman para bien, que la enriquezcan y que la hagan fortalecer. Frente a la masificación de la mediocridad, el desinterés, el individualismo, nosotros proponemos la cultura del esfuerzo, la solidaridad y el bien común.
Nosotros queremos poner lo mejor de la cultura al servicio del pueblo, tenemos la convicción de que cada alumna y alumno que está en esta casa de estudios es hijo de Dios, tiene una indignidad infinita y está llamado a ser feliz.
Si hoy la cultura es despersonalizante y masificante, es una cultura del individualismo y la indiferencia. No nos equivoquemos, hoy la UPAEP actúa y participa propiciando el respeto, el aprecio a pensar de todas las formas diferentes, el trabajo colaborativo. De alzar la voz ante la injusticia y la corrupción; de formar profesionistas y ciudadanos íntegros, competentes y que vayan contra corriente de la mediocridad y el desinterés. Hoy la UPAEP tiene mucho por hacer.
Hoy, como presidente de la Junta de Gobierno, llamo a toda la comunidad educativa a redoblar esfuerzos, a continuar la labor que estamos haciendo, cuyo informe acabamos de escuchar, (y) por el cual te volvemos a agradecer, Emilio.
Muchas gracias por su atención.