Es un hecho que las organizaciones, tanto públicas como privadas, están necesitadas de pensamiento estratégico e innovador para la toma de decisiones, ya que el quehacer diario de las empresas e instituciones induce a analizar cómo los individuos se interrelacionan con el entorno y con otros contextos, a través de estrategias y acciones que impulsan el crecimiento y la competitividad, para cumplir con los objetivos establecidos a corto, mediano y largo plazo. 

Hacer alusión, en la actualidad, a estrategias de innovación es pensar en la comunicación de muchos canales (omnicanal) como correos electrónicos, redes sociales, chats, chatbots, entre otros. También es importante la inteligencia artificial y sus diferentes plataformas, como chat GPT, que responde rápidamente a las necesidades conceptuales y estratégicas. Así mismo, se piensa en la Big Data, cuando hay que analizar datos y necesidades de clientes; en contenidos interactivos para concursos, realidad aumentada o videos; igualmente en plataformas como Slack, Teams, Trello o Zoom. 

Del mismo modo, pensamos en aplicaciones para mecánica de juegos o estrategias para mejorar las experiencias de los clientes, así como comunicación cultural y diversidad. Ya sean estrategias de comunicación tradicional o actuales e innovadoras, ninguna puede subsistir sin la presencia de los humanos quienes las piensan, diseñan, operan y ponen en práctica desde un enfoque personalizado que refuerza la acción competitiva en busca del bienestar organizacional y su ecosistema, sin dejar de lado la armonía de los vínculos humanos y las relaciones dialógicas.

Tener una comunicación eficaz y eficiente mejora la productividad y la obtención de resultados. Hay que usar el medio que sea adecuado al contexto que tenemos o en el que nos desarrollamos, ya que las necesidades y recursos de cada organización son diferentes. 

La comunicación del pasado y la actual deben ser sinónimo de coexistencia o de vida con los otros y en la cual hay cierto grado de libre participación. Los seres humanos requerimos experiencias comunes, y entre más ricas sean, más y mejor podemos comunicarnos, aunque nunca hayamos aparentemente compartido nada. Ya que todos los fenómenos comunicativos se repiten en el mundo, hay que comprender qué es, cuáles son sus funciones y conocer los recursos necesarios para implementarla.